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Antonio Attolini Murra
Dicen que Coahuila está quebrado. Que la deuda pública que tenemos es enorme y que nada puede hacerse. Bueno, sí se puede hacer algo: seguir pagando los intereses que dicha deuda genera manteniendo un
acuerdo espurio con los bancos a costa de la soberanía de un Pueblo. Los bancos, por los clavos de Cristo. ¿Cómo podemos tomar por buena y final la palabra de quienes se dedican al lucro a partir del rentismo, la
especulación y la usura?
La deuda es un instrumento financiero, no es ninguna manda, dogma o ley inamovible. No tiene cabida en la política la renuncia a modificar el estado actual de las cosas y someterse ante el imperio de la realidad. Si de lo que se trata es de transformar la realidad, no solo de pensarla o quejarse de ella sin mayor programa de acción. Por eso cuando dicen “hay que voltear la página” lo que se está pidiendo es la renuncia a la base misma de lo que la civilización significa: identificar problemas públicos y resolverlos de manera pacífica.
Por eso el obradorismo es tan necesario en Coahuila. Lo es porque pone por delante el interés soberano de un Pueblo a regirse por sí mismo y no por las disposiciones financieras del consejo de administración de un banco… ¡extranjero, además! Lo es porque entiende de manera distinta al ejercicio público, particularmente aquel que debe definir a quien darle qué parte del presupuesto: lejos de ser una hoja de ruta para el saqueo y la simulación, para nosotros es una lista de prioridades que debe ajustarse para que los más pobres reciban la mayor parte del mismo.
Lo es porque sin dinero no hay política que valga para sacar del atraso a tantas personas en Coahuila que viven la terrible contradicción de tener derechos asignados en papel, pero carencias fundamentales en la calle, en el trabajo y en la casa derivado de la corrupción y la impunidad. Por eso siempre hay que recordar la máxima magonista, que adaptada al caso de Coahuila podría decir que “solo el Pueblo puede salvar al Pueblo y solo un Pueblo soberano puede salvar a la Nación.
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