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Jorge Gómez Naredo
Lo que sucedió en Ciudad Juárez fue desgarrador: que 39 migrantes hayan fallecido en un incendio en un albergue del Instituto Nacional de Migración es algo de verdad indigno. Y lo peor es que estaban ahí los migrantes como si fueran delincuentes, como si hubiera cometido algún delito. Eso indigna. Eso cala. Eso enoja.
Por eso la respuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador fue contundente: que se explique todo lo que sucedió, que se investigue, que se dé con los responsables y que se castigue. El presidente designó a la secretaria de seguridad pública, Rosa Icela Rodríguez, para que explique todo y dé seguimiento. Desde hace dos días, por la tarde, la funcionaria ofrece una rueda de prensa con los avances de la investigación y
responde a todas las preguntas de los reporteros. A todas.
Ahora bien, este lamentable hecho ha sido usado por la oposición como armamento mediático para golpear al gobierno de López Obrador. Lo usaron, por ejemplo, los senadores del PAN. Incluso, en un acto histriónico, Kenia López Rabadán se puso a llorar en plena tribuna, pero como no le salieron las lágrimas, ya no supo qué hacer. Algo similar sucedió con Emilio Álvarez Icaza, que gritó colérico que era culpa de AMLO.
Y no sólo políticos de oposición han usado este lamentable hecho como parque para disparar su odio al gobierno de AMLO. También lo han hecho columnistas de distintos diarios. Sólo hay que ver los títulos de algunas columnas para encontrar la ruindad y la mezquindad: “Fueron 43, menos mal, ahora son ‘solo’ 39”, de Enrique Quintana. “Juárez, responsabilidad presidencial”, de Raymundo Riva Palacio. “Ciudad Juárez, responsabilidades y las mañaneras”, de Carlos Puig. O “La derrota moral del gobierno”, de Agustín Gutiérrez Canet. Así pues, lo que están tratando de hacer desde los medios los columnistas es culpar
a AMLO de la tragedia para beneficiar electoralmente a los de oposición. No les interesan los migrantes ni nada, sólo sus fines políticos.