22 lecturas
Salvador Guerrero Chiprés
No me sorprende la afirmación de Beatriz Pagés, oradora priísta central en la manifestación de ayer: “hoy inicia aquí la construcción de un gran frente ciudadano para ganar el 24”. Sabíamos que no era principal ni solamente una marcha “a favor del INE”, sino que buscaba lo que ella ya confesó a todos con el respaldo de los partidos desplazados del régimen cambiado en 2018.
La voz de los opuestos al presidente Andrés Manuel López Obrador fue escuchada y apoyada por ese sector de la ciudadanía que se mostró con toda legitimidad y derecho, aunque con frecuente ausencia de nobleza respecto de la mayoría convertida en gobierno, a la que algunos de rosa desprecian.
En contraste con el caricaturesco esquema de tratar de pintar al gobierno actual como “autocrático”, la marcha fue una expresión democrática en un proceso de constante definición que, por ahora y según
las encuestas, seguirá siendo dominado por Morena.
La democracia es para todas y todos. ¿Será más fácil para Polanco y Las Lomas ganar la Ciudad que para la Iztapalapa de Clara Brugada y el movimiento que representa avanzar hacia el Poniente? Las y los electores lo decidirán. Claro está ahora que el propósito político no era defender al árbitro electoral convertido en comparsa de la oposición, sino utilizar la discusión para introducir un “frente” anti Morena.
La Jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, puso todas las facilidades para la manifestación y ello habla bien de su apertura y ánimo gobernante incluyente que al mismo tiempo defiende un proceso
transformativo con apoyo mayoritario. La movilización ciudadana es importante, pero requiere también alineación en la voluntad de trabajo y representación de los partidos políticos, hasta ahora ausente.
¿Podrán estar a la altura de la demanda ciudadana?