8 lecturas
Samuel Cantón Zetina
Aunque hasta ahora no ha sido más que un tema de campaña política -uno de los preferidos de Donald Trump, junto con el de denigrar a México-, tal vez el señalamiento que se hace en el juicio de Genaro García Luna de que el vínculo de funcionarios mexicanos con los carteles de la droga ya llegó a niveles del propio presidente de la República (Felipe Calderón), reactiva pronto en EEUU el debate sobre si debe o no declararse terroristas a los grupos criminales. La eventual reclasificación permitiría a los gringos intervenir más directamente en México.
Y es que hace unos días, fiscales generales de 21 de los 50 estados de la Unión Americana, todos republicanos, pidieron a Joe Biden que haga la conversión. Más de 100 mil estadounidenses murieron en el último año por sobredosis de drogas, dos tercios por fentanilo.
¨Amenazan la seguridad nacional¨, advirtieron los fiscales al presidente. Pasarían los carteles de ser ¨enemigos de la seguridad pública a enemigos de la seguridad nacional…¨ Otro nivel…
En 2019, en un programa de radio, Trump declaró que llevaba un proceso reclasificar a los grupos, y que de hecho le había ofrecido a AMLO que lo dejara ¨limpiar a México¨, oferta que el paisano rechazó. México no admitirá nunca acción alguna que signifique violación a su soberanía, escribió en Twitter, en esa época, el canciller Marcelo Ebrard. La más severa de las categorías en que el vecino del norte bautiza a sus
enemigos es la ¨organización terrorista extranjera¨.
De ser denominados terroristas, los carteles se convertirían en prioridad para EEUU, y desaparecería en automático la necesidad de solicitar orden de arresto para inspeccionar una propiedad o invadir computadoras. Bajo el enfoque de que el ataque (terrorista) debe evitarse, da ¨flexibilidad¨ a las fuerzas de seguridad estadounidenses para actuar dentro y fuera de su país.
¿El probable regreso de Trump a la Oficina Oval de la Casa Blanca revivirá la posibilidad?