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Enrique Sánchez Márquez
Con notorio entusiamo y siempre de buen humor hasta que no se le aparece en su mente los conservadores y los comunicadores críticos, el presidente Andrés Manuel López Obrador perfilo que este año será bueno, muy bueno, buenísimo porque hay condiciones para coneguirlo en remembranza a los momentos críticos de la pandemia, confió que lo más difícil ya pasó; fue muy triste, difícil y sin embargo salimos adelante.
Su mente, sus proyectos y sus incontables reuniones, siempre girando entorno al pueblo y a los jóvenes, busca reactivar todo lo que está su alcance para dar beneficio.
Como la ha comentado, como nunca, hay inversión pública en el país. Ya no había inversión pública, todo eran concesiones, autopistas concesionadas, hospitales concesionados, reclusorios concesionados. Era una oficina el gobierno para entregar concesiones y facilitar las transas, para decirlo coloquialmente.
El 2020 fue deplorable, el 2021 ya fue mejor, el 2022 seguimos avanzando y éste seguramente nos va a ir muy bien en todos los terrenos.
Como nunca se está invirtiendo en desarrollo económico y social; como nunca se está apoyando al pueblo; y, como nunca, se está dando atención a los jóvenes.
Esa es la base, pero también ayuda mucho el que trabajemos unidos y que haya profesionalismo, que no haya corrupción, que no haya impunidad.
Así como el pueblo se cansa de tanta transa el presidente, lucha por evitar desvíos, impunidad e influyentismo y para evitarlo una directriz que ha tomado, es la entrega directa del beneficio a la comunidad.
Y un ejemplo de que en ocasiones enfrenta a muros infranqueables está el de la gobernadora de Tlaxcala Lorena Cuéllar Cisneros que está metida en un embrollo de grandes dimensiones en la que incluso está siendo investigada por agencias norteamericanas.