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Enrique Sánchez Márquez
Con mi reconocimiento a la calidad humana y visión periodística de nuestro director general de Grupo Cantón, Miguel Cantón Zetina, a partir de hoy estaré comentando las incidencias, acuerdos secretos y arreglos
bajo el agua que se den en las estructuras políticas en el Estado de México.
Comenzamos. Una joya literaria que no quiero que pase desapercibida es la expresión fúrica de doña Alejandra del Moral, quien recurre a ella cuando se entera de una nota informativa que no es de agrado.
-¡Me caga la prensa, son una caca. No los soporto! Su frase hay que decirlo, no es nueva, pero es su preferida cuando se trata de definir de manera negativa el trabajo de los profesionales de la comunicación.
Y entonces todo mundo cercano a ella se echa a correr para desvanecer o desaparecer el problema, como ocurre constantemente con el equipo de Jorge Pérez, el vocero del gobernador, quien busca quedarse otros
seis años, esta vez al lado de la consentida de Alfredo del Mazo.
En la actividad cotidiana, un numeroso grupo de empleados trabaja con todos los recursos, equipamiento y materiales del gobierno estatal, para cubrir las necesidades de la aspirante. En este grupo aparece como cabeza Daniel Cruz, un joven con escasa trayectoria periodística, muy maleable a las instrucciones de Jorge Pérez para dar la impresión de que son independientes, pero muchas instrucciones de lo que hay
que hacer llegan directamente del Ejecutivo estatal.
Es decir, en Palacio de Gobierno se encuentra instalado un cuartel de guerra para apoyar a su muchacha en tareas de comunicación y otras complementarias que ya informaremos más adelante, con cargo al
erario estatal.