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Pese a los alarmantes casos que hay dentro de sus instalaciones, la rectora Lilia Cedillo, prefiere gastar más de 2 mdp en compra de autos que invertir en seguridad
Sadit Gabriel
Pese a que en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) la rectoría la ocupa una mujer, los casos por acoso sexual contra el sexo femenino, no han sido erradicados en 2022.
Simultáneamente, la actual rectora de ese centro de estudios, Lilia Cedillo Ramírez, ha tenido la desfachatez de ocupar el presupuesto de la escuela en adquirir vehículos motorizados y no elaborar verdaderas estrategias para erradicar la violencia contra la mujer.
Y es que de acuerdo a la resolución administrativa 306/2022 emitida por la BUAP, solo en los primeros seis meses de 2022, ya se habían acumulado 11 casos de acoso; en 2017 y 2018, las denuncias por acoso solamente ascendieron a 4 por año, mientras que, en la totalidad de 2019, hubo 14 episodios registrados.
Esto último significa que, para finales de 2022, la proyección promedio de acosos sexuales efectuados contra mujeres podría ascender a 20, lo cual representaría una subida del 400% en solo 5 años.
Así pues, mientras la situación va de mal en peor, a la ilustre Lilia Cedillo se le ocurrió que, en vez de realizar acciones sustanciales para prevenir la problemática de su gestión, era una gran idea adquirir tres motocicletas y cuatro vehículos con el erario de la universidad.
Esto porque la rectora se sintió con la libertad de adquirir, en primera instancia cuatro vehículos (se desconocen sus características) por la módica cantidad de $2 millones 488 mil 100, lo cual consta en el contrato DGCP/ADECAASBUAP/SEP-01/2022; salvo que sean transportes de carga, el gasto es totalmente excesivo.
Además, la también doctora evaporó otros $119 mil 970 para la adquisición de tres motocicletas, lo cual se detalla en el contrato DGCP/ADE-CAASBUAP/SEP-02/2022