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Abraham Mendieta
Ayer tuvo lugar la que probablemente fue la mayor marcha política de la historia contemporánea de México, algo previsible asumiendo el amplísimo apoyo popular del Presidente López Obrador, por lo
que la oposición, para vacunarse, decidió catalogarnos a varios cientos de miles de manifestantes, antes incluso del propio evento, como acarreados, bajo el argumento de que llegaríamos con camiones.
Desgraciadamente Claudio X. González no tuvo la gentileza de prestarnos su avión privado, y para incrementar la desgracia, la inmensa mayoría de los asistentes no vivimos en el Ángel de la Independencia, por lo que fue necesario organizarse en todos los estados del país para llegar en transportes colectivos al punto de reunión.
Más allá del absurdo argumento, esto demuestra que la oposición pretende seguir ridiculizando y estigmatizando de manera clasista a millones de mexicanos que arropan al Presidente Andrés Manuel López Obrador en vez de entender por qué lo apoyan. Ojalá hubieran asistido a la marcha a platicar con la gente y preguntarles por los motivos que los llevaron a dedicar todo un día, apretujados bajo el sol: les aseguro que no es un frutsi
y una torta, más respeto para el pueblo de México.
Ellos están convencidos de que cada uno de sus “notables” personajes del pasado que marcharon con ellos, como Vicente Fox, Elba Esther Gordillo o José Woldenberg valen por miles de ciudadanos cotidianos y trabajadores de los que salieron ayer a
la calle, pero nuevamente descubrirán en 2024 que el voto de cada mexicana y mexicano vale lo mismo, y no entenderán por qué volvieron a perder.