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Jorge Gómez Naredo
En 2020, durante una entrevista que le hacía Pedro Ferriz de Con, el famoso escritor Francisco Martín Moreno dijo que, “si se pudiera regresar a la época de la inquisición, yo colgaba a cada uno, no colgaba, quemaba vivo a cada uno de los morenistas en el zócalo capitalino”.
Además, añadió que, quienes votaran por Morena en 2021, “habrán perdido el derecho a quejarse y serán iguales a ellos [a los morenistas]”.
Laura Zapata, una actriz que hace tiempo solía aparecer en telenovelas, afirmó la semana pasada en una entrevista con Carlos Alazraki que “somos un país -voy a usar una palabra que me chocade huevones, de estirar la mano, ‘¿no me da?, deme, deme’ Y éste [Andrés Manuel López Obrador] les aviente, los maicea con dos mil pesos, con mil quinientos pesos al mes, y ellos se conforman con eso, y dicen ‘bueno pues es que maicea a mi abuelita, me maicea a mí, maicea a mi hermana que es madre soltera, y entonces sumamos y entonces nos han de dar 8 mil’, y con eso se conforma, o sea, no fueron a la escuela”.
Hoy se publica en un medio de comunicación en internet una entrevista a Porfirio Muñoz Ledo, en la que éste afirma: “es una cosa simiesca la Cuarta Transformación, 4T, 4T, 4T, 4T, 4T, 4T, es parte de lo mismo, la gran mentira convierte en simios a los militantes”.
Estos ataques llenos de clasissmo, racismo y discriminación -que son además muy violentos- evidencian no el odio que un sector de la población mexicana le tiene a nuestro presidente. Tampoco es el odio
a un partido político.
No, lo que muestran estos mensajes es el odio que una élite le tiene al pueblo. Y es que esa élite no soporta que sea el pueblo quien decida cuáles serán nuestros gobernantes. Así de simple. Y así de fuerte.