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Son siete las demarcaciones más afectadas en la Ciudad de México; lluvias, extracción de agua y construcciones, las causas más comunes
Xavier Grillo
La época de lluvias, acompañada de la sobreexplotación de mantos acuíferos, al igual que el mal estado de la red primaria y secundaria del drenaje de la Ciudad de México, que datan de hace más de sesenta años, ha ocasionado la aparición de socavones, por lo menos desde 2017 a la fecha se han reportado aproximadamente 540 oquedades que afectan a los habitantes de diferentes demarcaciones, según datos de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil capitalina.
La incidencia de aparición de hundimientos se focaliza en siete alcaldías como la Benito Juárez, Cuauhtémoc, Iztacalco, Iztapalapa, Miguel Hidalgo, Tlalpan y Xochimilco.
Los socavones son hundimientos que se producen generalmente por la existencia de corrientes subterráneas. Sin embargo, no todos estos “hoyos” son iguales, pues reciben un nombre diferente de acuerdo a su proceso de formación. Existen los socavones de disolución, ocurren porque el agua disuelve las rocas más rápido cuando entra en contacto directo con las grietas.
También está el socavón por colapso de la cubierta, estos se forman repentinamente, en unas cuantas horas, y causan daños catastróficos. Otro tipo es el socavón provocado por las personas, derivado de la construcción y el desarrollo.
Otro factor a considerar es cuando las personas cambian los patrones naturales del drenaje y se crean nuevos sistemas para su desviación.Finalmente, dichos hundimientos aparecen gracias a la erosión del terreno.
Sin lugar a dudas el agua es la mayor fuente de este proceso, ya que desgasta la superficie, es decir, el agua comienza a desgastar las rocas del subsuelo, debilitando las capas del suelo y al llegar a la superficie la carpeta asfáltica ya no soporta el peso (por mínimo que éste sea) y aparecen las oquedades.