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Javier Lagunas
Al abordar el tema sobre la extradición de Rafael Caro Quintero y los procesos que se le seguirán y al responder la pregunta sobre si ya tenía alguna información en torno a las presuntas facilidades otorgadas por autoridades mexicanas y estadounidenses para que este personaje realizara todas sus operaciones con tranquilidad, el presidente insistió: “No, porque eso tiene que ver con la fiscalía y con los jueces”.
¿Qué mensaje envía AMLO por enésima vez? Les recuerda que el presidente NO es más, el poder de los poderes como lo fue por décadas; parece decirles dejen de cuestionarme sobre esos temas porque se trata del Poder Judicial, un ente autónomo igual que la Fiscalía, que NO deben ni tendrían por qué informarme sobre sus procesos o sus investigaciones, de otro modo se traiciona la sana división que debe existir y por la que luchamos.
Más aún, el mandatario refuerza para hacerse entender y para hacer entender a todos: “estamos viviendo una etapa nueva, el Ejecutivo tiene sus funciones, pero ya la fiscalía es autónoma y también de hecho y de derecho, de facto y de jure, el Poder Judicial es autónomo algo que no sucedía antes”.
Ese es el otro mensaje: asuman que se terminó la época de presidentes, esos sí, totalitarios y semi-dictadores, de una Suprema Corte y un Congreso de la Unión del todo sometidos al capricho de Los Pinos, no me endilguen o culpen de las decisiones de esas instancias; por muy acostumbrados y gustosos que estaban, la oposición y sus detractores mediáticos, a ser tratados como serviles empleados del Ejecutivo Federal, ya no es así. ¡Entiéndalo!
Admítanse como ciudadanos –les grita, metafóricamente, AMLO –.