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Juan Hernández
Y luego dicen que es “persecución política” cuando intentan hacer madruguetes como es el caso de la alcaldía Cuauhtémoc, quien hace
unos días había anunciado con bombo y platillo que “ya le había ganado” al gobierno capitalino en el caso del balizamiento de patrullas y vehículos oficiales.
En cultura hay un famoso proverbio “la ópera no se acaba hasta que no canta la gorda”, el cual hace referencia al solo de 10 minutos realizado por el personaje de Brünnhilde al final de la ópera “El Anillo del Nibelungo”, de Richard Wagner. En esta pieza, la Valquiria Brünnhilde llega a anunciar El Fin del Mundo, devolviéndole el anillo al Rin.
Y tal parece que en la Cuauhtémoc se están adelantando demasiado al final de este acto que aún no termina y podrían estar dando
“una mala nota” y, en caso de violar la ley vigente, habría las sanciones correspondientes. Al tiempo…
Y hablando de comer ansias, ya en todos lados se están “destapando” de todos los partidos para ir a la CDMX y ya hasta se habla de
sustitutos, amarres, negociaciones en sus respectivas alcaldías, escaños o curules. Analistas políticos recomiendan “cabeza fría en corazón caliente”, porque hay suspirantes que empezaron como caballos cuarto de milla y podrían terminar como burro lechero.