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Javier Lagunas
“Estamos hacienda varias cosas, pero fundamentalmente evitando que aumente el precio de las gasolinas, eso nos ayuda mucho a contener la inflación…y este subsidio ayuda para que no tengamos una inflación desbordada…” Así respondió el presidente una pregunta durante su conferencia matutina del pasado viernes 22 de julio, en torno al tema.
A diferencia de anteriores gobiernos federales a cuyos titulares poco les importaba que la inflación afectara a las clases más vulnerables, este gobierno –es el mensaje que lleva esa respuesta –, actúa de manera directa para evitar que el precio de los combustibles, golpee más duramente a quienes menos ingresos perciben.
Sin aludirlo, hace ver de manera directa que si bien, el fenómeno inflacionario es mundial, a nuestro país le pega con menor fuerza por una sencilla razón: su gobierno está trabajando para proteger no sólo a los que menos tienen, sino tanto al sector productivo, como al resto de la población.
Que, al mantener la rectoría del Estado sobre los energéticos, especial y específicamente el petróleo, se puede maniobrar desde el Gobierno Federal para subsidiar el precio de las gasolinas evitando una escalada imparable y con ello desencadenar un incremento sustancial en el resto de los bienes y servicios.
Debería entenderse POR TODOS, al menos que alguien prefiera pagar 30 pesos por litro de gasolina, que su “terquedad y populismo”, está evitando un colapso económico y dese luego, que se alcancen los niveles inflacionarios registrados en Estados Unidos. AMLO debería decirlo; por supuesto no lo hará, pero el mensaje está ahí: incluso muchos empresarios detractores se benefician con ese “populismo”.