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Javier Lagunas
“A lo mejor otros gobernantes no llegaban a comprender la grandeza de México y se achicopalaban…se hacían pequeños”.
De ese modo se refirió el presidente durante su conferencia matutina de este jueves 14 de julio a la forma en que sus antecesores mantenían la relación con EU y sus presidentes.
Es decir, ante los ataques de sus detractores políticos y mediáticos, demeritando o minimizando los resultados de su reciente visita a ese país y su reunión con Joe Biden, AMLO les está diciendo que no se trata ni de enfrentarse imprudentemente con el vecino, pero tampoco, apocarse ante el mandatario de esa
poderosa nación.
Deja el mensaje también: si antes, los mandatarios mexicanos cedían a las presiones políticas, económicas o de seguridad provenientes de la Casa Blanca,
permitiendo que sus empresas tomasen lo mejor de los recursos naturales y energéticos, intervenir en asuntos internos o bien, que México tomase postura a favor de Washington como en el caso de la invasión a Afganistán en la administración de Vicente Fox, es porque NO gozaban ni del respaldo popular ni tenían autoridad moral para enfrentárseles diplomática ni políticamente.
López Obrador intercala otra señal: las cosas y los tiempos son diferentes porque en el Salón Oval se sabe que no me intimidan sus grandes corporativos y tampoco me pueden comprar como muy probablemente ocurrió en el pasado con algún ex presidente.
No se quedó ahí, pues al mencionar que Biden es una buena persona y así es mucho más fácil tratar los temas binacionales, está haciendo un reproche velado a sus contrincantes con quienes NO se puede tratar por ser taimados y de malos instintos, es una ventaja tratar con gente buena –remarcó – ¿Entenderían sus adversarios conservadores que los calificó, sin decirlo abiertamente, de mezquinos y mala entraña?