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Arreando al elefante | Periodistas de caca

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Ricardo Sevilla.

Ayer el Presidente López Obrador difundió un interesantísimo video del Papa Francisco, donde el líder de la Iglesia Católica recordó que cuando era arzobispo, en Buenos Aires, se le ocurrió hablar sobre lo que él denominó los cuatro pecados de la comunicación y del periodismo.

El Papa colocó, en primer lugar, la desinformación, que definió como decir sólo aquello que conviene al informador y callar todo
el resto, o sea: guardar un silencio mustio ante todo aquello que no se empareja con sus intereses. En ese punto, Jorge Mario Bergoglio dijo que un comunicador tiene que informar todo y no guardarse nada.

El segundo pecado del periodismo, de acuerdo con el jefe de Estado del Vaticano, sería la calumnia, donde los comunicadores o, mejor
dicho, los sicarios de la pluma, inventan cosas para destruir mediáticamente a una persona. Como tercer pecado del seudoperiodismo, el religioso de extracción jesuita colocó la difamación que, según su analogía, no sería precisamente calumnia, pero se le asemeja mucho.
Con esa sagacidad que lo caracteriza, el Papa dijo que estos comunicadores no entienden que, cada determinado tiempo, la gente cambia de pensamiento. Y tiene razón: las más veces, el pensamiento de un adulto maduro no es igual al del flamígero adolescente que fue.

El cuarto pecado del seudoperiodismo, según el Papa, que por cierto sabe bastante de analogías, puesto que fue profesor de Literatura y Psicología, colocó la coprofilia, que es el amor a la caca, el amor a la porquería, y que sólo busca ensuciar a las personas.
Y tiene razón el jerarca católico. Infelizmente, hay medios de comunicación que cada día resultan más excrementicios y su sed de inmundicias no parece colmarse con nada.

Todos los días vemos a los voceros del neoliberalismo tratando de embadurnarlo todo de porquería. Es difícil encontrar un espacio
informativo que no parezca el anexo de una cloaca. Lamentablemente, el periodismo de investigación y de datos duros, ya no sólo está
enfrentando una lucha contra la mentira, sino que, además, ahora tiene que enfrentar a un periodismo de caca.

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