54 lecturas
Juan Hernández
Dicen que el ocio es la madre de todos los vicios,
y miren que en la CDMX hay demasiado ocio de “bromitas” que presionan los botones de pánico o
las llamadas al 911, lo que ocasionan un retraso en
la atención de verdaderas emergencias.
De acuerdo con el presidente de la Comisión de Seguridad Ciudadana, Nazario Norberto Sánchez, hay preocupación en el Congreso capitalino por
el mal uso de los botones de pánico instalados en las calles de la CDMX.
Según datos del Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano de la CDMX conocido como C5, del 100 por ciento de llamadas recibidas, casi el 14% de los casos los presionaron sin existir delito, accidente o alguna irregularidad en la calle.
De 100 llamadas, 13 son falsas, lo cual es un verdadero problema para la prevención y combate al delito.
Y pues ahora resulta que la reapertura de La Bota, fue gracias a la intervención de la alcaldesa Sandra Cuevas y no a las gestiones del Gobierno de la CDMX. Solo hay que recordarle que el Invea había informado que la alcaldía había clausurado al emblemático lugar.
En mi tierra le llaman “recular” ante la presión social, por no decir su “metida de pata”.