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Javier Lagunas
Si los programas de apoyo a las clases más desprotegidas del país tienen posibilidades de permanecer más allá del mandato de AMLO, son pocas las opciones sucesorias. El Mandatario envió una señal al advertir
que espera un “cambio con continuidad”.
La pregunta es, ¿quién de los 3 fuertes aspirantes para 2024, garantizaría esa continuidad, misma que ha sido y sería columna principal para sostener el enorme respaldo popular a los gobiernos de Morena?
Aunque nada teme ni deberá temer a su salida de Palacio Nacional, AMLO tiene claras dos cosas: la primera, ¿quién mejor que, además de un amigo de probada lealtad, sea un paisano quien lo releve y con esa
tranquilidad se retire a Palenque a disfrutar la vida privada sin esperar revanchas del grupo conservador?
La segunda, conocido ese paisano con la política social y conociendo la fuerza que ella le otorga al actual Presidente, un inteligente como él la mantendría no por mandato constitucional sino por sentido común.
Con lo que no dice, AMLO está diciendo: “Los 3 tienen posibilidades y méritos, ahora bien, si me preguntan preferiría a un paisano”.
Ese fue el mensaje cifrado de AMLO durante su penúltima mañanera de la semana pasada. Él no intervendrá usando su gran poder dentro de Morena para imponer candidato presidencial, quien lo crea se equivoca pues NO hace falta y él lo sabe, le basta con esos “decir sin decirlo” para que las cosas fluyan solas.
Lo anterior no descarta las probabilidades de la Jefa de Gobierno ni del canciller, pero deberán medir si estarían a la altura de su eventual predecesor.
Morena deberá interpretar el mensaje de AMLO y actuar en consecuencia. No fue casual incluir al paisano en el gabinete, “quien tenga ojos para ver, que vea; quien tiene oídos para oír, que escuche”.