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Por Eduardo López Betancourt
elb@unam.mx
AHORA SE HA CONVOCADO A UNA
REUNIÓN DEL 6 AL 10 DE JUNIO
Desde siempre las alianzas entre Estados
han sido un objetivo, ya que resulta beneficioso lograr convenios. Desde épocas remotas se buscaba entablar acuerdos de apoyo,
tengamos presente, para el siglo XII y XIII
era cotidiano que 2 o más reinos, a través del
matrimonio de sus soberanos se unieran.
La agrupación de Estados se ha considerado
el mejor mecanismo para evitar confrontaciones (guerras), pero lamentablemente no
se han evitado del todo y bien sabemos cómo han sido devastadoras.
Además de buscar coaliciones a nivel mundial, como lo es actualmente la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se
ha pretendido regionalizar los acuerdos de
cooperación y apoyo entre Estados y es así
como surge la Organización del Tratado
del Atlántico Norte (OTAN).
En la misma dimensión en América, diversidad de países han firmado convenios,
sobre todo de ayuda mutua para el progreso. Encontramos la llamada Organización
de Estados Americanos (OEA) y otro tipo
de organismos, como la Alianza para el Progreso, impulsada por John F. Kennedy.
Ahora se ha convocado a una reunión del
6 al 10 de junio en Los Ángeles, que lleva por
finalidad analizar y debatir los problemas
y desafíos que enfrenta el continente americano; lamentablemente no se asegura su
éxito, por el contrario, varios invitados como México, Guatemala y Argentina han
puesto sus condiciones y todo parece indicar que la asistencia no será unánime; esto
no es nuevo, tengamos presente que el peso
de la hegemonía norteamericana es específico, por tanto se cree que difícilmente la reunión no esté influenciada y definida por los
Estados Unidos, haciendo realidad la expresión “el pez grande se come al chico…”