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Con 22 y 27 años, respectivamente, los jóvenes aseguran sentirse orgullosos de interpretar estos tan importantes personajes de la religión católica
Ana Cecilia García
Ellos son Axel Eduardo González y Uri Celeste Mosco Ramírez los encargados de interpretar a Jesús y a María en la 179 representación de la Muerte y Pasión de Cristo en Iztapalapa.
Con 22 y 27 años, respectivamente, los jóvenes aseguran sentirse orgullosos de interpretar estos tan importantes personajes de la religión católica y ser parte de una de las mayores tradiciones no solo en la demarcación sino de la Ciudad de México.
Así, para la caracterización de los personajes se necesitan de mínimo dos horas, en el caso de Jesús, colocar la barba, la peluca, el vestuario, los guaraches. Aunque fueron ellos mismos quienes invirtieron en esto, lo hicieron con fe y estuvieron al pendiente de las telas y los colores.
Comentaron a Diario Basta, que su sueño desde pequeños fue formar parte del elenco, por lo que no dudaron en participar y dar un poco de su tiempo para los ensayos los días sábados y domingos además de acudir a la misa.
Uri Celeste es licenciada en Administración de Empresas, mientras que Axel tiene planeado estudiar Pedagogía en la UNAM, para ambos, esta experiencia es única para lo cual se prepararon física, espiritual y mentalmente.
Ambos asistieron a misa a las 8 de la mañana, participaron de convivencias con el párroco y los encargados de la Catedral, fueron parte de un retiro, además de asistir a un parlamento en donde les explicaron los pasajes bíblicos para que pudieran conocer un poco más de sus papeles.
Axel explicó que de lunes a miércoles acudió al Cerro de la Estrella a las 2:00 pm con una cruz cuyo peso aproximado es de 80 kilos, a lo que se suma que por la hora, el sol estaba en todo su esplendor, también subía las escalinatas de dos a tres veces, además de “meterle” al gimnasio, todo bajo la supervisión del Comité Organizador Ixtapalapa A.C.
“Para mí es una gran dicha y una gran fortuna, sin duda la lección que nos da María, en lo personal, pues pese haber perdido a su hijo ella continúa con su camino y acepta el llamado de Dios. En esta pandemia por Covid-19, todos hemos perdido a un familiar, pero debemos mantenernos de pie y seguir con fortaleza”, declaró Uri Celeste, originaria del Barrio de San Pedro.
Recordó que esta representación surgió precisamente por consecuencia de una epidemia, aquella que azotó la zona por allá del siglo XIX cuando los pobladores de Iztapalapa pidieron al Señor de la Cuevita, que acabara con una epidemia de cólera. “Demasiadas personas han perdido familiares, trabajo, y aspiramos a poder tener la vida que teníamos, aunque es difícil, deseamos poder continuar”, expuso.
En tanto Axel Eduardo oriundo del Barrio de Santa Bárbara, aseguró que es una gran responsabilidad volver a las calles tras dos años de pandemia y “por eso vamos a pedir con todo el corazón que esta enfermedad llegue a su fin”.
“Aquí se vive una fiesta solemne, se vive una hermosa tradición que cumple ya 179 años, en donde las calles se pintan de colores para que la procesión pase. Es una emoción muy grande de ser yo quien represente a Jesús”.
Para la familia de los jóvenes es un gran orgullo, pero reconocen que la vida sigue, por lo que retomarán sus actividades normales, en el caso de Axel como músico y estudiante, mientras que Uri Celeste, busca ser mejor persona, y retomar sus actividades como misionera.