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Ricardo Sevilla
Una fuente que trabajó con Nicolás Alvarado, durante los siete meses y medio que el escritor dirigió TV UNAM, me asegura que “La dupla Teresa Vale-Nicolás Alvarado suele ir junta a todas partes, como si fueran un muégano de corrupción haciendo negocios en lo oscurito”.
El año pasado, cuando Teresa Vale contendió (y perdió) en la elección para la alcaldía Miguel Hidalgo, por Movimiento Ciudadano, “la madre de Nicolás Alvarado también jaló a su hijo a ese partido para que
hiciera lo que mejor sabe: hacer negocios leoninos”, me dice una fuente.
Y, en efecto, así es: desde hace más de veinte años, Nicolás José Alvarado Vale es dueño y representante legal de una empresa llamada Extravagancia Funcional, S.C. Dicha compañía, durante los sexenios de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, recibió millonarios recursos a través de contratos y estímulos fiscales.
Pero Extravagancia Funcional S.C. no es el negocio que más dinero ha reportado al hijo de Teresa Vale. Nicolás Alvarado tiene otra empresa llamada Apóstrofo S.C., que le ha reportado al escritor contratos aún más jugosos.
De hecho, entre 2011 y 2015, esta compañía obtuvo más de 80 millones de pesos en contratos, por adjudicación directa, por parte del Gobierno Federal.
Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, Apóstrofo S.C. obtuvo un contrato por más de 45 millones de pesos. El 30 de noviembre de 2015, el Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano, presidido en ese momento por el priísta Armando Carrillo Lavat, dio un contrato por adjudicación directa a la empresa dirigida por el hijo de Teresa Vale. De acuerdo con la plataforma CompraNet, el monto el contrato con número SPR-076-2015 fue de 45 millones 536 mil 464 pesos. Curiosamente, el contrato inició el 31 de noviembre de 2015 y concluyó un mes después.