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Representan un peligro para sí mismos y la comunidad los vehículos en mal estado, sin placas, conductores ebrios y tarifas al libre albedrío.
Ana Cecilia García
CIUDAD DE MÉXICO. – En las colonias populares de la alcaldía Iztapalapa, circulan con total impunidad taxis pirata, que son vehículos con una antigüedad de entre 20 y 30 años, destartalados, despintados, tuneados, llantas lizas y con evidentes fallas mecánicas que causan accidentes.
Los conductores no suelen ocupar el cubrebocas, o si lo hacen lo traen en la barbilla. Las unidades siempre están sucias, rotas y hasta con mal olor. Tampoco están sujetos a cobrar por taxímetro y lo hacen al cálculo, por dos kilómetros 15 hay quienes piden 25 pesos y otros hasta 32 pesos.
La deficiencia en el transporte público entre colonias como San Miguel Teotongo, Santiago, Ixtlahuacán, Santa María Aztahuacán, San Pablo, Las Minas, Miravalle, entre otras, hicieron que los “vochos” y los “Tsuru”, principalmente, pero también caribes y pointer, se pusieran de moda para brindar el servicio en la zona.
Es habitual que los choferes de estos vehículos escuchen “cumbiones” a todo volumen, consuman bebidas embriagantes, hagan paradas intempestivas, se peleen por el pasaje, excedan los límites de velocidad, brincando topes y cayendo en los baches que caracterizan a las calles estrechas de estas colonias.
Su manera de conducir pone en peligro la seguridad de los peatones, pasajeros e incluso la de propietarios de vehículos particulares. Hace unos días en la colonia Miravalle, un “vocho” quedó con las llantas arriba luego que el conductor perdiera el control del auto.
Además, unos circulan con placas particulares, con permisos o de plano sin ellas, tampoco respetan el programa de verificación de revista, el hoy no circula, la portación de tarjetón y el pago de otras obligaciones que los taxistas regulares deben cumplir en la Ciudad de México.
