9 lecturas
Fabian Pasos
Justo ayer platicamos la necesidad que tiene México por evaluar de manera psiquiátrica a diversos funcionarios públicos del país; hemos estado expuestos a circunstancias críticas gracias a la mala toma de decisiones de nuestros gobernantes y como mexicanos, debemos de exigir que nuestros gobernantes tengan lucidez y salud mental.
Gerardo Fernández Noroña no es la excepción y si bien muchas personas lo apoyan incondicionalmente a mi parecer no es la mejor opción para seguirlo inflando de poder que lo podría volver loco en cualquier momento.
La empatía es una de las virtudes que cualquier candidato político podría presumir ante sus militantes y en segundo lugar el temple que puede denotar en su toma de decisiones no por nada mi columna de ayer hablaba justamente de la salud mental.
Volátil, brabucón, incendiario y testarudo son algunos de los calificativos que pude arrojar de Fernández Noroña quien es astuto para convencer a las masas donde una de sus principales misiones es alardear de más en momentos clave que determinarían para bien o para mal el futuro del país.
Si puedo arrojarte una opinión honesta al respecto de Fernández Noroña te podría asegurar que no es mi candidato favorito gracias a esa actitud guerrillera y explosiva que expone todos los días en redes sociales y medios de comunicación.
Qué tan viable y honesto podría significar apoyar a un candidato que se expresa de manera tan explosiva cada que se le cuestiona olvidando así su capacidad de tolerancia ante la crítica y diversos cuestionamientos del público en general.
Cuándo será el día en que veamos evaluaciones psicológicas y psiquiátricas en diversos funcionarios públicos de nuestro país.
Hemos repetido patrones con ex presidentes que vivieron carencias en su infancia, el abandono de sus padres, el rencor de sus amigos y se desquitaron con todo un país cuando tuvieron el poder en sus manos.