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Salvador Trejo
Como si se tratara de un romance, cada vez es más frecuente ver la polaca y la nota roja agarrados de la manita, pues las constantes acusaciones contra políticos por lavado de dinero, corrupción, abuso sexual, violencia contra las mujeres y hasta homicidios, así lo determinan. BASTA! Recordar algunos casos como el del góber precioso de Tamaulipas, Francisco Cabeza de Vaca, a quien la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) le puso el dedulce por lavado de money y fraude fiscal, por lo que nomás están esperando que se le acabe el fuero para darle el apañón.
Lo mismo sucede con el diputaibol Benjamín Saúl Huerta Corona, quien fuera acusado de violín de un menor de edad y lo ha salvado su fuero, pero a fin
de este mes se decide si se lo quitan en la Cámara de Diputados y los sabuesos de la Fiscalía Chilanga están más que puestos para capturarlo y de volón pin pon llevarlo al botellón.
No menos vergonzoso fue el escándalo que le costó la candidatura a la gubernatura de Guerrero a Félix Salgado Macedonio, pues éste fue acusado de
violaciones y su caso despertó el repudio masivo del movimiento de mujeres en su contra.
Y qué me dicen del caso del diputado federal desaforado Cipriano Charrez, acusado de homicidio culposo y tentativa de homicidio, quien lleva casi dos meses
en huelga de hambre en un penal de Hidalgo en protesta porque asegura que le tendieron la camita y que los delitos que se
le imputan son fabricados.
Estos son casos de Tamaulipas, Puebla, Guerrero e Hidalgo, lo que comprueba que en todos lados se cuecen habas, pero podría pasarme horas escribiendo sobre el romance de la polaca y la nota roja. ¡Qué hueva!
