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Fabian Pasos
No hay nada más triste en este país que escuchar líderes de opinión dando cátedra de lo absurdo en un México donde lo único que espera la prensa es el
“chayo” al que estaban acostumbrados y en caso de no cumplir las expectativas, dirán cualquier “estupidez” que pueda confundir a las audiencias.
Me queda claro que en la actualidad basta brillarle unos cuantos pesos a los periodistas “consentidos” de sexenios pasados para comprarles su opinión en
contra de quien sea.
Tal como lo hace la revista FORBES, es sencillo poder comprar incluso la portada para hacerle creer a todo México que eres importante cuando es todo lo contrario. Un reportaje tiene un costo distinto y una editorial también.
Los medios de comunicación se han convertido en panfletos “caros” para dar gusto a quien tenga la posibilidad de satisfacer las necesidades del mismo, y justo por esa razón , cientos de mexicanos siguen confundidos sin identificar la verdad de cualquier tema.
Muchos de mis seguidores me preguntan a diario “¿qué medio de comunicación es confiable?”, mi respuesta es sencilla: ninguno.
Recomiendo de manera fiel identificar los intereses personales para saber en cuál árbol buscarán sombra, porque incluso los más frondosos pueden ser
peligrosos y terminarás aplastado por cualquiera de sus ramas.
Acabamos de pasar las elecciones, donde los medios de comunicación mentirán en todo momento, escandalizarán todo tipo de errores y exagerarán todo lo que encuentren a su paso con tal de ver ganar a sus “favoritos”.
Me apena ser tan directo contigo en esta columna para advertirte lo delicado que vive el país en materia periodística, hoy me doy cuenta que todos los periodistas tienen un precio y ninguno se negará ante las peticiones de los “pudientes” que
harán hasta lo imposible por verse “santos” en disfraz de “demonios”.
Las personas conviven todos los días con una relación tóxica: el medio de comunicación que consumen y están a punto de experimentar el “show” que se
repite todos los años, donde harán volar elefantes y engañarán a las audiencias haciéndoles creer que el SOCIALISMO es síntoma de un COMUNISMO nato en un país donde nadie, ni esos periodistas vendidos, entienden de tendencias políticas
