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Le tocaba bajarse una estación antes

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Luis Gustavo lucha contra la muerte en un hospital;iba en el segundo vagón que al empinarse los pasajeros le cayeron encima y aplastaron

REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
CIUDAD DE MÉXICO.- Luis Gustavo Rodríguez Rojas, lucha contra la muerte en un hospital de esta capital, luego del fuerte accidente del Metro, ocurrido la noche del lunes en el tramo elevado, de la Línea dorada cuando el convoy estaba a punto de llegar a la estación Olivos.
De acuerdo a lo referido por su familia, Luis Gustavo tenía que bajar del Metro en la estación San Lorenzo, pero se pasó y de ese modo lo alcanzó la tragedia.
Ana Josefina, su hermana, narra que es probable que se haya quedado dormido y se pasó de estación; a él no le tocaba estar en el tren al momento del accidente, pero le tocó, dice un tanto afligida.
Luis Gustavo iba de regreso hacia su casa, ubicada en la Unidad Habitacional Frente Popular Francisco Villa, antes conocida como Predio El Molino; le tocaba bajarse en la estación Tezonco, abordar una combi y llegar a casa a cenar con papá y mamá, con los que vive, pero no llegó.
Al momento en que Luis Gustavo se encontraba atrapado entre los escombros que dejó la caída de los vagones, su familia escuchaba el sonar de las sirenas de ambulancias y patrullas que se dirigían a toda velocidad hacia el lugar  del percance. No imaginaban lo que estaba pasando a unos
kilómetros de distancia.
“Mi hermano es chofer, manejaba un camión escolar pero con la pandemia se quedó sin trabajo, y se dedicó al comercio por un tiempo, y ahora manejaba un vehíclo de la plataforma Didi y de repente tripulaba un taxi de la CDMX, así se ganaba la vida, así llevaba dinero a la casa para mantener a papá y mamá”, nos dice Ana Josefina.
A Luis Gustavo lo rescataron vivo una hora después del accidente; lo sacaron del segundo vagón, el que estaba colgando del lado izquierdo, el que
las autoridades ubicaron como “el segundo vagón”. De acuerdo a lo que comentan los paramédicos, Luis Gustavo se encontraba hasta el fondo del vagón y fue aplastado por muchas personas que al momento del percance salieron “volando” y se impactaron con los tubos pasamanos y los
asientos.
Al momento en que lo hallaron, estaba inconsciente, un fuerte golpe en la cabeza lo conmocionó y lo tiene hospitalizado con pronóstico de grave.

Fue sometido a una operación que duró varias horas y su salud está en manos de Dios.
La mayoría de los pasajeros sufrieron fracturas por los golpes que se dieron tras la inercia del descarrilamiento, pocos sólo recibieron golpes que no
necesitaron hospitalización.

TODA LA NOCHE NO SUPIERON DE ÉL
La mañana siguiente del accidente, su familia comenzó a recibir llamadas, Gustavo se encontraba en la lista de heridos según lo habían visto en la televisión, y
lo confirmaron en Facebook y en Locatel.

Ahora se encuentra hospitalizado en un sanatorio ubicado en la calle Durango de la colonia Roma, en el área de Terapia Intensiva, seguro que Dios lo
acompaña, sus hijos y su hermana hacen guardia afuera del hospital y ruegan para que su salud mejore.
Dos enviados de la Comisión de Derechos Humanos de la CDMX se encuentran cerca de ellos para apoyarlos en lo necesario.

NEGLIGENCIA
Ana Josefina Vallejo comenta que ese percance no debió ocurrir, pero según sus apreciaciones, hubo negligencia de quienes revisaron la estructura que ya se
veía dañada.
Pensaron que el concreto y todo el material de acero iban a soportar el paso de los trenes, pero eso no fue así, y ahí están
los resultados.
Ruegan a Dios para que Luis  Gustavo se salve

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