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DIEGO CEDILO
Las primeras mujeres que llegan abren el espacio, rompen el techo de cristal para otras muchísimas mujeres y no podemos ser las primeras y únicas sino las primeras de muchísimas más”: Olga Sánchez Cordero.
En el marco del Día de la Mujer, es importante recordar la fuerte estocada que la secretaria de Gobernación, les dio a los expresidentes, empezando por el “aplicado” doctor Zedillo Ponce de León, al anecdótico don Chente Fox, seguido por el comandante Borolas (Felipe de Jesús Calderón), y por supuesto sin omitir al “material boy” Enriquito Peña. Resulta que doña Olga los tachó de machistas, al referir que a uno de los anteriores le planteó la posibilidad de un gabinete paritario y sólo recibió como respuesta, no es el momento, “ya llegará el Presidente”.
Tal resulta que ha llegado el Presidente. Por su parte, con motivo del 8M, más de una secretaria se ha puesto a trabajar arduamente, se rumora que Luisa María Alcalde es la que se lleva la estrellita en esta ocasión, pues tiene a todo su equipo trabajando a marchas forzadas en la Feria Nacional de Empleo con orientación de género. Tan buen desempeño ha tenido, que recientemente se aprobó reformar la Ley del Trabajo, para elevar el salario mínimo por encima de la inflación.
¡Enhorabuena! Sin embargo, dicen que dentro del equipo del diputado Manuel Baldenebro Arredondo, presidente de la Comisión del Trabajo en San Lázaro, no saben a qué dirección llevar los oficios si al inmueble que se encuentra por Perisur o a las oficinas por la Narvarte, sobre la calle Morena. Genera intriga el nombre de la calle, tomando en cuenta ese video de 2012, en el cual se hace alusión al mismo nombre. ¿Coincidencia?
POST-IT.
La mañanera del viernes destacó en ver el video que presentó el presidente López Obrador, donde debatía con Diego Fernández de Cevallos. Destaca el comentario del Presidente: “No se termina la mañanera hasta que termine el debate, aunque yo no esté aquí”. Sin embargo, el titular de Banobras, Jorge Mendoza, una vez que el mandatario salió, decidió levantarse sigilosamente (como los gatitos de Palacio Nacional), para retirarse del Salón Tesorería. Intriga, si desobedece a su jefe en lo más simple, quién sabe; qué otra cosa puede hacer desde uno de los bancos más importantes del país. No cabe duda que Harvard no enseña modales.