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Recorrido dramático hacia el submundo de los vagoneros

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.- Una complejidad del día a día dentro de las grandes urbes en el mundo, es la de las personas que desafortunadamente se encuentran desamparadas y deambulan dentro de los más grandes transportes públicos para recolectar, dentro de sus posibilidades, vida y oportunidades (en la mayoría de las ocasiones a manera de monedas), dádivas que las personas que recorren diariamente los sistemas colectivos de transporte hacen sobre ellas. Claro está, que resulta imposible creer que detrás de estos vagoneros, estas personas que solicitan un apoyo para tratar una enfermedad, brindar alimento a sus hijos, emprender un viaje a casa o demás, son parte de una red de corrupción y malversación que los explota y maltrata para la conveniencia de unos pocos. Una organización fría e implacable es la que retrata el cineasta Álvaro Curiel, dentro de su más reciente producción, ‘Marioneta’, una historia que nos habla también de los sueños frustrados y la valentía que se debe tener para lograr lo imposible.

‘Marioneta’, representa un viaje dentro del mundo subterráneo de la Ciudad de México. Aquí conocemos a’Ernesto’, un actor cubano que decide probar suerte en otro país. Tras su fallido éxito por lograr ser el protagonista de una obra de teatro, conocerá en el Metro de la Ciudad de México a ‘Belén’, una actriz que cuenta historias a cambio de unas monedas. Este encuentro cambiará sus vidas para siempre.

Álvaro trata con bastante fervor a sus personajes, trabaja con ellos y les brinda la posibilidad de demostrar a manera interna sus motivaciones y sus convicciones, lo cual permite que la audiencia sienta que la historia tiene un avance significativo para con su tema central, aunque el trabajo dentro del guion de Arturo Arango y el propio Curiel, nos lleva por caminos insospechados. La visión, estudio y detalle del cineasta para con la vida debajo de la superficie de la ciudad, es bastante satisfactoria, pues crea la atmósfera necesaria para transformar la insulsa o desentendida visión que se tiene de los mendigos. La historia tiene alma propia y un mensaje que transmitir, sin importar el medio por el que sea, la voluntad de la apremiante necesidad para generar el cambio, está ahí.

Punto a resaltar el trabajo de histrionismo que realizan en conjunto Juan Manuel Bernal, Fátima Molina, Rafael Ernesto Hernández, Patricia Reyes Spíndola, Nicolasa Ortíz Monasterio, Damayanti Quintanar, entre otros, quienes dotan de tenacidad a una historia que renueva y cambia la perspectiva sobre una realidad que vive latente debajo de nuestras narices. La vida de los sueños, la frustración de no poder conseguir las metas, el anhelo de una vida mejor, son elementos que están impregnados en los personajes de Fátima y Rafael, quienes realizan una gran mancuerna para demostrar el extremo al que se puede llegar como persona, como víctima y como héroe. Una primicia que le da carisma al cubano, a nuestro protagonista, quien refleja la pura vivencia de la migración (en un plano con más oportunidades que desvaríos), sus problemáticas y barreras, por lo cual no resultará descabellado que más de uno, dentro de la sala de cine, empatice con el personaje.

Tal vez su mayor problemática es que pretende abarcar demasiado en tan poco tiempo, conforme la trama se va desarrollando, nuevas vertientes y situaciones se van apoderando de los personajes, lo cual nos lleva a tener desarrollos medianos de cada una de ellas, nunca completando en su totalidad cada cuestión. Se incurre en demasiados conflictos y se resuelve de manera adecuada solo unos pocos de ellos, tal ves el egocentrismo ha invadido a un guion que en un inicio comprende su razón de existir, pero que para su final ha quedado fracturado y dañado por su arrogante inmensidad.

Además de que contiene un apresurado segundo tramo, pues no permite disfrutar de manera adecuada la cinta, que posee un inicio calmado y reflexivo, que adentra de manera sutil al espectador en la ficción planteada, pero que paulatinamente se va a apresurando hasta desencajar con su tono e intención. El nivel de melodrama también rebasa por momentos a la historia, catapultándola erróneamente al plano telenovelesco, perdiendo credibilidad y realidad. Que si bien es entendible el tipo de género que se trata de mostrar, el hecho de no cuidar los límites termina por afectar a la producción, pues tanto para bien como para mal, sus picos son demasiado riesgosos y destruyentes.

‘Marioneta’, es una historia dramática diferente y una apuesta arriesgada para retratar una realidad que daña a sus involucrados desde sus entrañas. Muestra la segregación y la marginalidad carente de empatía de nuestra sociedad, una apremiante necesidad que debe ser atendida. Álvaro Curiel lo entiende a la perfección y realiza el ejercicio idóneo para plasmarlo, abrupta o apresuradamente, pero latente.

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