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En febrero de 2002, el presidente Vicente Fox rechazó la propuesta del entonces jefe de Gobierno del DF, Andrés Manuel López Obrador, para designar a Francisco Garduño como titular de la Secretaría de Seguridad Pública de la capital.
Nunca fueron convincentes los argumentos sobre la falta de capacidad de Garduño para ocupar esa posición. En realidad, lo que quedó bastante claro es que, a pesar de ser considerado un buen abogado, a Fox no le gustó su perfil: militante del PRD e integrante de la corriente política de René Bejarano.
Sin embargo, López Obrador le concedió aquella ocasión a Garduño un premio mucho más que de consolación: lo designó secretario de Transporte y Vialidad del DF. Una cuota al grupo de Bejarano.
De hecho, por su bejaranismo, al arrancar el gobierno de López obrador en el DF, en el 2000, éste lo designó subsecretario de Gobierno. Bejarano era el secretario particular de AMLO.
En diciembre pasado, al arrancar la Presidencia de López Obrador, Garduño fue designado responsable de los Centros Federales de Readaptación Social (Ceferesos). Desde ahí, construyó el proyecto para el cierre de las Islas Marías como penitenciaría, anunciado el 11 de marzo.
Ayer, López Obrador designó a Garduño como director del Instituto Nacional de Migración (INM) para implementar el plan que les pidió Trump de cerrar la frontera sur, con apoyo militar.
Garduño sustituyó a Tonatiuh Guillén, quien ayer difundió en redes sociales su carta de renuncia. Fuentes de Gobernación aseguran que desistió del cargo por oponerse al plan migratorio de Trump, que encabeza el canciller Marcelo Ebrard.
Bejarano gana otra posición importante. Ya tiene la Subsecretaría del Bienestar, con Ariadna Montiel, quien por cierto se maneja como si fuera la secretaria. Así la 4T.