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Mujeres que piensan que los hombres traen un scanner para ver nuestras estrías, celulitis, cicatrices de la cesárea, el brazo guango, las patas de gallo alrededor de los ojos, el abdomen flácido, nuestras canas y callos en los pies, por usar tanto tacón, están equivocadas. Ellos nos ven hermosas y tú debes creerle cuando te dice que le gustas más sin maquillaje.
“No te pongas pestaña postiza, no te hace falta”, me dice mi marido, cada vez que me ve soplando el pegamento de la pestaña que pretendo ponerme para impactar. Si me pongo a dieta, me incita a pecar con carbohidratos. Jura que no necesito matarme de hambre. Y estoy segura que les pasa igual con sus maridos. En realidad nuestros hombres nos ven hermosas.
Somos hermosas. Y es momento de que te lo creas. Somos nosotras la que tenemos esa idea rara en la cabeza de que necesitamos una manita de gato para lucir mejor. Andamos correteando el botox y cuanta poción de juventud salga al mercado. Pensamos en una nueva bolsa o par de zapatos para estrenar, nos darán seguridad. Estamos totalmente equivocadas.
No digo que van a amar a una fodonga y que no debemos de ocuparnos de nuestra imagen. Oler bien, estar presentables, bonitas, claro que le suma mucho a nuestra relación de pareja. Pero no hay que exagerar. No pienses que si no traes maquillaje, no vales. Ellos son capaces de ver toda nuestra belleza, aun recién levantadas.
Te digo una vez más. Créetela, porque eres única. Bella por dentro y por fuera. Dile adiós a tus inseguridades y comienza a amarte profundamente. Dile sí a toda tu belleza y vivieron felices para siempre gracias a El manual de la buena esposa.