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JOSÉ ANGEL CASTRO
GRUPO CANTÓN
Tabasco registró este año un arranque récord de violencia familiar, al registrarse en el mes de enero 570 denuncias por este delito, la más alta cifras en los últimos siete años.
Cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública indican que el encierro por la pandemia se sigue reflejando en la violencia en los hogares tabasqueños, pues en 31 días los ataques, principalmente de varones hacia sus parejas, registró un repunte de 12 casos, el 2.15 por ciento, respecto a los 558 marcados en diciembre 2020.
El documento señala que este delito ha ido escalando año con año en Tabasco, a pesar de una serie de programas de apoyos a las mujeres, que incluyen penas más severas contra los agresores.
Por ejemplo, refiere que en el año 2015 hubo un registro de 283 denuncias por violencia familiar en Tabasco; para 2016 aumentó a 303 y para 2017 a 490 ataques, en su mayoría dentro del hogar.
UN BREVE DESCENSO
Para el año 2018, las agresiones bajaron hasta las 412 en el primer mes de ese año y para el 2019 aumentaron a 518.
En el 2020, año de la pandemia, no hubo tregua, porque a pesar de que aún no se decretaba un confinamiento, en enero hubo 558 hechos de violencia.
Haciendo una comparación año con año, el 2020 cerró con seis mil 445 denuncias de violencia familiar en Tabasco.
Aunque la cifra fue menor en 770 casos, el equivalente al 12 por ciento, respecto a los 7 mil 215 ataques del 2019, no deja de ser alarmante, principalmente porque el 2020 fue el año donde el peligro para las familias era el contagio del virus SARS-CoV-2, de la pandemia del Coronavirus.
De acuerdo con organizaciones como el Observatorio Ciudadano de Tabasco (OCT), las cifras son lamentables porque con ello se comprueba una vez más que las mujeres prácticamente viven con el enemigo en casa y muchas veces, si no que la mayoría, su agresor no recibe ningún castigo.
UN AÑO DIFÍCIL
En el año de la pandemia, llama la atención que en el mes de marzo había un reporte de 587 agresiones, para el mes de abril, con el inicio del confinamiento, la cifra bajó a 258 y para mayo sólo hubo 270, cuando dominaba más el amor a la pareja y a los hijos.
Pero el estrés del encierro pasó a la violencia, pues ya para junio las agresiones familiares se dispararon a 492, casi el 100 por ciento de un mes anterior.
Para los meses más crudos de la pandemia, los ataques, principalmente de varones a esposas e hijos, crecieron hasta contar 625 en julio, 681 en agosto, 660 en septiembre, 668 en octubre, 487 en noviembre y 552 en diciembre.