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No hay que espantarse que el presidente Andrés Manuel López Obrador ejerza su derecho réplica cuando quiera, ante publicaciones de los medios de las que, a su juicio, debe hacer precisiones.
De alguna manera siempre ha ocurrido: solía hacerlo el mandatario en turno en los discursos públicos, aunque casi siempre sus puntualizaciones eran indirectas. O mediante comunicados de prensa, conferencias, entrevistas, telefonazo.
Ahora la réplica la hace López Obrador de manera directa en su conferencia de lunes a viernes. Ya no ocupa intermediarios.
El doctor en derecho Eduardo Lima Gómez, experto en el tema de derecho de réplica se ha metido a revisar el caso de cómo debe funcionar esta protección constitucional para el ciudadano que representa a la institución presidencial. Los alcances, en principio, no deben ser distintos a los de cualquier individuo.
No debería haber riesgo mayor: la Suprema Corte determinó que “el derecho de réplica no restringe la liberad de expresión, sino que la amplía, y tutela la libertad de todas las partes: quien difunde la información, y quien resulte afectado”.
En este sentido, y en el nuevo modelo de comunicación del gobierno, no debe descartarse que habrá discusiones legales sobre los dichos en las conferencias, y que incluso sea necesaria la modificación o creación de alguna legislación.
Una pregunta que queda en el aire: así como López Obrador puede ejercer a plenitud su derecho de réplica, ¿un ciudadano mencionado por el presidente en una conferencia puede solicitar su derecho de réplica, y que se ejerza ahí en el mismo espacio donde fue mencionado?