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Pese a denuncias, Ministerio Publico no le cree.

Su infierno comenzó con la violación tumultuaria

Familiares hacen pública la denuncia ante el peligro de que la víctima atente contra su vida.
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SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, Chiapas.- El domingo 24 de enero, la joven Guadalupe «P» salió de su trabajo y se dirigió a pie a su casa, que está ubicada en la colonia El Relicario.

Para llegar hasta allá hubiera sido necesario que Guadalupe contara con el dinero para el pasaje, y que hubiera transporte por ese rumbo, a esa hora.

No tenía para el viaje en combi. Tampoco, si hubiera tenido el centavo, le hubiera resultado tomar la ruta, porque con el magro sueldo que ganaba apenas si le alcanzaba para apoyar en su casa. Además, el servicio de transporte se terminaba a las nueve de la noche.

Conforme se alejaba del centro, las luminarias de las calles iban siendo tragadas por la noche. Pasando el Hospital de Las Culturas, Guadalupe apuró el paso al ver en una esquina a un grupo de jóvenes; eran aproximadamente ocho. Reconoció a dos de ellos, uno de nombre Juan Shun, con mala fama en el barrio, pero el miedo le hizo desviar la vista.

De pronto, sintió un golpe en la cabeza y todo alrededor se cubrió de sombras.

EL LEGISTA CAMBIA SU DICTAMEN

Al volver en sí, miró la calle desierta que se perdía en la noche. Un escalofrío recorrió su piel. Estaba semidesnuda, con el sostén puesto únicamente. El cuerpo le dolía como si la hubieran golpeado.

En compañía de sus familiares acudió a interponer una denuncia por el delito de violación tumultuaria. El agente del Ministerio Público de apellido Penagos tomó de mala gana la declaración de la víctima.

Después la condujo con el médico legista, otro varón, de nombre Hugo Félix, para que la revisara. Ella hubiera preferido que la revisión la efectuara otra mujer.

Frente a los angustiados familiares, el especialista confirmó que Guadalupe había sido ultrajada. Insólitamente, el galeno cambiaría su dictamen días después. «No había evidencia… ni rastro», escribió y puso al final su firma en el documento legista.

MINIMIZA MP VIOLACIÓN

La decepción de Guadalupe y sus familiares tocó fondo cuando volvieron a enfrentarse al MP. Dos de los hombres que ella había señalado fueron detenidos por otros delitos. La mujer los enfrentó valientemente, uno de sus verdugos reconoció por fin frente al impartidor de justicia los hechos ocurridos la noche del domingo 24 de enero.

«Cuando los detuvieron, uno de ellos dijo que iba a decir todo lo que le habían hecho a Lupita, incluso mencionó el nombre de Juan Shun, a quien mi sobrina identificó aquella noche», cuenta el tío de la víctima.

Extrañamente, en la Fiscalía General del Estado, le han hecho saber a Guadalupe que los detenidos serán juzgados por otros delitos, y no por el que cometieron contra ella.

Para los representantes de la ley, «no hay pruebas de que fui abusada por los ocho hombres», cuenta impotente la víctima.

Guadalupe no quería hacer pública la denuncia. Pero se pasaba los días encerrada, llorando, impotente ante lo que estaba viviendo. Comenzó a expresar a sus seres queridos el deseo de morirse, ya no quería seguir viviendo más en este mundo.

Sus parientes se armaron de valor y la convencieron de hacer público su caso, a pesar de que reconocen «tener miedo de que nos vaya a pasar algo».

 

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