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Su pasivo alcanza el 97% de sus activos; el sexenio pasado fue la empresa más saqueada y golpeada por los recortes.
Ciudad de México.- Plagada de corrupción, de saqueos, con una infraestructura en ruinas, una producción que cayó a niveles de hace 40 años, y como las petrolera más endeudada del mundo, el próximo lunes Pemex cumple 81 años de la mano de la Expropiación Petrolera de 1938.
Aunque la fecha de nacimiento de la hoy Empresa Productiva del Estado fue el 7 de junio de ese mismo año, el 18 se marzo se asocia como el día de su creación con la nacionalización del petróleo por parte del presidente Lázaro Cárdenas.
Y es que a ocho décadas con 365 días después de esa fecha histórica, la ex paraestatal está enfrascada en una lucha contra el huachicol o robo de combustible y convertida en la petrolera con la mayor deuda, con 104 mil 563 millones de dólares, por delante de la brasileña Petrobras, de la estadounidense ExxonMobil y de la holandesa Shell, producto de la caída de la producción, la pesada carga fiscal y de la falta de inversiones.
Informes de la propia Empresa señalan que sus activos llegan a 107 mil 713 millones de dólares, apenas dos mil 751 millones de dólares más de su deuda, lo que significa que Pemex debe una cantidad similar al 97 por ciento del valor de sus activos.
Analistas señalan que Pemex ha contribuido entre el 25 y el 30 por ciento de los ingresos del gobierno, pero debido a los altos niveles de transferencia de fondos al gobierno, han orillado a la Empresa Productiva a aumentar su deuda.
Refieren que la deuda financiera de largo plazo de Pemex en el sexenio pasado pasó de 672.6 mil millones de pesos en 2012, a 1.9 billones de pesos en 2018, un aumento superior a los 1.2 billones de pesos, casi tres veces en menos de seis años.
“La pesada carga fiscal, las ineficiencias operativas y los gastos de inversión han sido los principales factores para el endeudamiento de Pemex”, refiere Nymia Alemida, vicepresidenta senior de la calificadora Moody’s en México.
Indicó que a este factor se le suma la falta de flujo de su capital, pero a pesar de los cambios que se han hecho sobre las transferencias fiscales que hace al gobierno, éstas permanecen altas.
“La empresa genera muy poca utilidad y lleva muchos años con una baja rentabilidad comparado con el tamaño de la deuda que tiene”, aseguró.
Perseguido por las calificadoras
Todas esas condiciones económicas negativas que vive Pemex han sido el blanco para que las principales agencias calificadoras del mundo, como Fitch Ratings, Standard & Poor’s, y Moody’s, se hayan ensañado en sus evaluaciones.
Por ejemplo, el 29 de enero Fitch Ratings recortó la nota de los bonos emitidos por Pemex de ‘BBB+’ a ‘BBB-‘, y mantuvo la perspectiva Negativa.
Señaló que la rebaja de la calificación refleja el deterioro continuo del perfil crediticio individual de Pemex, pues la medida de rescate anunciada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador “no es suficiente para contrarrestar el reciente deterioro crediticio de la compañía”.
El tres de marzo, Standard & Poor’s cambió de Estable a Negativa la perspectiva soberana de México, cuya calificación se encuentra en “BBB+”. La acción, refirió la agencia, se debió a menores previsiones de crecimiento.
Empeoró la producción
Otra situación crítica que enfrenta Pemex es el robo en plataformas, el despido de personal y la imparable caída de la producción.
“Tenemos muy claro el mandato: con la intervención del Gobierno Federal se rescatará a la empresa para que se convierta de nueva cuenta en la palanca del desarrollo nacional, garantizando así la seguridad y la soberanía energética”, dijo el actual director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, al presentar el Plan Nacional de Exploración y Producción para los próximos seis años.
La realidad es que de acuerdo con los números de la Empresa, en el primer mes del 2019, la producción de petróleo alcanzó un millón 623 mil barriles diarios, su nivel más bajo desde noviembre de 1979.
En ese año, la hoy Empresa Productiva del Estado produjo un millón 615 mil barriles de petróleo diarios, según estadísticas de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH).
Refiere que la caída se debe al declive en la producción de los megayacimientos de Cantarell y Ku-Maloob-Zaap, ambos en la Sonda de Campeche.
Además del abandono de campos cuyo costo productivo era superior a 20 dólares por barril, tras los recortes presupuestales en Pemex que iniciaron con la crisis del 2014.
Empresa saqueada
Además, Pemex ha sido la empresa más saqueada del país a través del robo de combustible y de infraestructura en plataformas marinas.
De acuerdo con resultados del combate al huachicol implementado por el gobierno de AMLO, los delincuentes en contubernio con los propios empleados, se robaban 81 mil barriles diarios de combustibles, principalmente gasolinas, tanto en tierra como en el mar.
Esta cifra, según la Presidencia, ha bajado este año hasta los 15 mil barriles diarios sustraídos por ductos y robo de pipas.