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El manual de la buena esposa

No te esperes al 14

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La gente está esperando al 14 de febrero para ponerse romántica. Sueñan con que la pareja los sorprenda. Idealizan tanto la fecha que si el marido llega con unos chocolates, se sienten decepcionadas. Esperaban que les trajeran el mercado de Jamaica completo, y no una “triste” docena de rosas.

Llevan años sin decirse te amo, sin hacer el amor, sin tocarse y esperan que el día de los enamorados la relación dé un giro inesperado, como si vinieran de la luna de miel. No le dejes la chamba al otro.

No te esperes al Día de San Valentín. Mándale tú las flores; esta noche, hagan el amor. Esta noche, escápense al cine, hoy abran la botellita de vino. Ahora mismo llámalo y ponte esas medias de seda que llevan tiempo guardadas en el cajón. El 14 los hoteles están saturados, los moteles más, tienen ocupación total. Ese día se agotan las flores y los restaurantes están más llenos de compromiso que de amor. Vuélate la barda. Despéinate. De una vez ve por lo que es tuyo.

Trabajo, hijos, tareas, presión económica, así nos la vivimos. Hacemos poco el amor y le damos poca rienda también a nuestras fantasías. El tiempo no alcanza y nos sentimos agotados a las 10 de la noche.

¿Por qué no darle gusto al cuerpo? ¿Por qué no podemos ser felices? ¿Se imagina mirar al marido con ojos de lujuria, como si fuera un amante al que no nos importa lo que piense de nosotras, más que volverlo loco y sentirnos divinas, empoderadas? Ya ve que esta última es la palabra de moda. Pues empodérese. Ya no siga esperando a que el marido le diga que hoy toca, y menos se espere al 14 para tener otra decepción más que contar. Porque como mártires, nadie nos gana.

Viva hoy, enamórese otra vez hoy. Sea feliz hoy que tiene el mundo a sus pies. No es tan difícil como parece. Es cuestión de querer y llevar al otro a su mundo loco de placer y juego. Dé detalles y magia. No se espere el 14 de febrero y ponga en práctica todas esas ganas que trae guardadas por falta de tiempo, por malos hábitos y costumbre. Atrévase a adelantar la fecha de San Valentín. Y vivieron felices para siempre, gracias a El manual de la buena esposa.

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