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“No se preocupe señorita, eso que le suena es el DIU de cobre, que no se lo ha podido cambiar”, le dijo Albertano a la persona de seguridad en EU, cuando pasamos la aduana. Yo solté la carcajada. Y eso que estuve muda en el arranque de la gira.
Las visas de trabajo no llegaron a tiempo y no pudimos presentarnos en Dallas. Y gracias a Dios, porque yo me había quedado afónica. Después de tomar los antibióticos que me mandó el doctor, y hacer un fuerte reposo de voz, me pude ir a San Antonio, para presentarme en A oscuras me da risa.
Albertano me tuvo que poner allá la inyección de los cantantes. Así le dicen en el medio, porque era la que le ponían a José José, Rocío Banquells y a varias estrellas cuando se quedaban afónicas. Dice mi foniatra que solo se debe poner en caso extremo, pero es que ya estaban las localidades agotadas, la compañía lista y yo, muda. Bueno, hasta las visas llegaron, a última hora. Y mi voz, desaparecida.
Albertano es un verdadero fenómeno en la Unión Americana. Allá están al aire las dos series. María de todos los ángeles y Nosotros los guapos. Vieran lo bonito que lo reciben los mexicanos que viven del otro lado del Bravo. Se enchina la piel.
Solo me había tocado trabajar en Los Ángeles, cuando El Tenorio, pero esto es adictivo. El público nos espera antes y después de la función en el hotel. Algunos se vienen manejando dos y tres horas por carretera para ver la obra. Son maravillosos, cariñosos y amables, que da gusto después de la función compartir un rato con ellos.
Ahora sí, no me quité las pestañas postizas para irme a dormir. ¿Qué tal que me pidan foto en el hotel? Antes muerta que sencilla. Pasamos un fin de semana maravilloso en las presentaciones de San Antonio y Houston. Los chicos no pararon de hacerme burla todo el viaje, porque yo me la pasé hablando a señas.
Cuando recobré la voz le dije a Alexis Ayala: “Lástima que no te ha tocado verme platicar tras bambalinas, soy muy simpática”, le dije a señas.
¡A gozar, que el mundo se va a acabar! Así somos la familia de A oscuras… Nos gusta echar relajo aunque sea sin voz. Este fin nos vamos a Los Ángeles y Santa Bárbara. Ya mucho más recuperada de mis cuerdas vocales, gracias a Dios. De veras que es frustrante no andar al 100 y mas a mí, que no me para la boca. Ahora sí, me urge subirme al avión para empezar a echar relajo junto a Benito Castro, Diana Mota, El Macaco, Alexis, Albertano y Armando Araiza. Seguimos de gira, sigannos la pista del otro lado de la frontera. Mientras nos leemos próximo viernes en El manual de la buena esposa.
