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Condiciones geográficas y climáticas del Valle de México dificultan la dispersión de partículas finas, haciendo que los niveles de ozono y PM superen los límites seguros y afecten a la población local
FERNANDO ORTIZ
GRUPO CANTÓN
Ciudad de México.- A pesar de que, en el informe reciente del Índice de Calidad del Aire en Ciudad de México, la capital registra niveles generalmente “moderados” o “aceptables”, la alcaldía de Tláhuac continúa siendo una de las zonas donde se reportan índices elevados de contaminación, poniendo en alerta a los habitantes por los riesgos a la salud.
Datos de calidad del aire de plataformas especializadas muestran que el Índice de Calidad del Aire (AQI) en Tláhuac se encuentra en niveles que superan los estándares ideales de salud, lo que implica que la contaminación de partículas finas (PM2.5 y PM10) es elevada. Estos contaminantes permanecen por encima de los valores recomendados, especialmente en periodos con poca ventilación atmosférica.
La mala calidad del aire representa un riesgo alto o moderado para la salud pública, en particular para grupos vulnerables como niños, adultos mayores y personas con enfermedades respiratorias o cardiovasculares. Las autoridades ambientales capitalinas y organizaciones de monitoreo han insistido en la importancia de revisar el Índice AIRE y SALUD antes de realizar actividades al aire libre, y recomiendan limitar el ejercicio intenso o la exposición prolongada cuando los niveles de contaminantes son elevados.
La situación no es aislada. Históricamente, esta alcaldía ha registrado días con mala calidad del aire, reportando en ocasiones ser una de las demarcaciones más afectadas por contaminación del aire dentro del Valle de México, superando en algunos reportes a otras zonas metropolitanas en cuanto a partículas suspendidas.
La posición geográfica de la Ciudad de México —rodeada de montañas— y las condiciones climáticas pueden dificultar la dispersión de contaminantes, especialmente en temporadas secas o con alta radiación solar, lo que contribuye a la acumulación de ozono y partículas finas que afectan directamente la salud de los habitantes del Valle de México.
Tláhuac, entonces, sigue bajo la lupa, ya que refleja contaminación en términos absolutos y se mantiene entre las zonas con mayor exposición a contaminantes del aire en la capital, con frecuentes episodios de mala calidad que requieren vigilancia constante y acción de políticas públicas ambientales.
