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Muerte abrupta en casa de empeño: La tarde se tornó trágica sobre Almoloya de Juárez

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Ismael, de 42 años, perdió la vida de manera súbita, aunque los primeros reportes apuntan a un posible paro cardíaco, el despliegue policial y forense fue inmediato, generando tensión, entre clientes y trabajadores

REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN

El bullicio comercial del centro del municipio de Almoloya de Juárez se quebró de golpe. La vida cotidiana se suspendió en seco cuando, dentro de una casa de empeño, Ismael, un hombre de 42 años, cayó desplomado frente a empleados y clientes que jamás imaginaron presenciar una escena tan abrupta y sobrecogedora.

Todo ocurrió en segundos. Testigos cuentan que el hombre se llevó la mano al pecho, su rostro se descompuso y su cuerpo cedió sin resistencia. “Se oyó el golpe seco cuando cayó… luego el silencio, ese silencio horrible que te pone la piel fría”, relató una mujer que no pudo contener las lágrimas.

Otra persona confesó que la impresión fue brutal: “Creímos que estaba desmayado, pero su color cambió… ahí entendimos que era algo grave”.

La emergencia fue inmediata. Paramédicos irrumpieron en el local y, entre vitrinas y objetos empeñados, comenzaron la lucha por devolverle la vida. Las compresiones torácicas, las respiraciones asistidas, las órdenes en voz alta… todo sonaba desesperado. Pero nada funcionó. Tras varios minutos de esfuerzos agotadores, los rescatistas confirmaron lo inevitable: no había signos vitales.

Entonces la tragedia tomó un matiz aún más inquietante. Policías municipales acordonaron el negocio con cinta amarilla y lo convirtieron en una escena bajo investigación. La FGJEM llegó con personal forense, cámaras, guantes, interrogatorios y protocolos. “Hasta no descartar cualquier causa, esto es un caso abierto”, dijo un agente, mientras curiosos y vecinos miraban con estupor.

Algunos testigos quedaron marcados por la imagen final: el cuerpo cubierto, inmóvil, rodeado de vitrinas llenas de objetos empeñados y miradas incrédulas. “Uno entra a hacer un trámite… y termina viendo cómo alguien muere frente a ti. Es devastador”, murmuró un adulto mayor, presenciando el traslado del cuerpo al Semefo.

La casa de empeño quedó cerrada, bajo resguardo. La autopsia determinará si fue un paro fulminante o si hay algo más detrás de la tragedia. Mientras tanto, el centro de Almoloya quedó con una sensación pesada, con el rumor que corre y con ese estremecedor recordatorio de que, a veces, la muerte elige los lugares más comunes para aparecer sin piedad.

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