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Persiste venta ilegal de terrenos en Tláhuac, en parajes como Las Calabacitas y las faldas del volcán Xaltepec

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  • En la alcaldía han convertido zonas de conservación en asentamientos humanos
  • Afectan a familias víctimas de fraude y a los ecosistemas del sur de la capital

FERNANDO ORTIZ
GRUPO CANTÓN

Ciudad de México.- La alcaldía Tláhuac enfrenta un problema de venta irregular de terrenos en suelo de conservación, una práctica que ha generado fraudes inmobiliarios y asentamientos humanos no autorizados en áreas ecológicas protegidas al sur de la capital.

Decenas de familias han adquirido lotes ubicados en parajes como Las Calabacitas, en las faldas del volcán Xaltepec, pagando hasta 700 mil pesos por parcelas de alrededor de 150 metros cuadrados. Las ofertas se acompañaban de documentación aparentemente legal —certificados, supuestos permisos de uso de suelo y recibos de servicios—, lo que convence a compradores de invertir. Sin embargo, estas tierras están clasificadas como suelo de conservación, donde no está permitido ni vender ni construir.

Las ventas irregulares han tenido un impacto visible en Tláhuac, ya que al menos 51 asentamientos ocupan unas 282 hectáreas de suelo destinado a protección ambiental, según estimaciones de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (CORENADR).

Las autoridades han iniciado operativos para recuperar predios invadidos y desalojar construcciones ilegales. En junio de 2025, la Secretaría del Medio Ambiente, con 560 elementos de distintas dependencias, entre ellas la Secretaría de Seguridad Ciudadana, recuperó casi 4 hectáreas del predio “Las Calabacitas”, donde habitantes dijeron ser víctimas de un posible fraude al adquirir sus terrenos sin notificación previa de su situación legal.

El fenómeno forma parte de un problema más amplio en la Ciudad de México: las invasiones de suelo de conservación han crecido en los últimos años, concentrándose en alcaldías del sur como Tláhuac y Xochimilco. En conjunto, estas zonas concentran una parte significativa de los asentamientos humanos irregulares que han transformado ambientes naturales protegidos en áreas urbanizadas.

Quienes compran estos terrenos pueden enfrentar no solo la pérdida de su inversión, sino también sanciones, ya que la ley prohíbe la venta y uso no autorizado de suelo de conservación.

El caso de Tláhuac refleja la complejidad de controlar la expansión urbana en la capital y la necesidad de fortalecer la vigilancia del uso de suelo para proteger tanto los derechos de los habitantes como los recursos naturales de la ciudad.

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