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A 11 días de la tragedia las autoridades comenzaron el proceso de entrega de los cuerpos de las víctimas; siguen los peritajes para conocer las causas del accidente
Redacción
Este viernes, en medio del ambiente festivo de fin de año que contrasta cruelmente con el duelo, inició la entrega oficial de los restos de siete de las 10 víctimas del avionazo ocurrido el 15 de diciembre en San Mateo Atenco. El proceso se realizó primero en instalaciones forenses de Toluca y concluyó en el Centro de Justicia de Tenango del Valle, donde personal de la Fiscalía mexiquense, tras confirmar identidades mediante pruebas de ADN, liberó los cuerpos para que regresaran a sus familias.
Entre los restos entregados se encuentran los de una familia completa: Raúl Gómez Ruiz, Olga Janine Buenfil Cardone, Raúl Gómez Buenfil, Ilse Lizeth Hernández Téllez y los menores Ximena, Raúl y Natalia Gómez Hernández. Las imágenes de los deudos cargando cofres blancos y féretros oscuros bajo el frío diciembre estremecieron a quienes presenciaron la escena.
Ante medios de comunicación, Janine Gómez, familiar de las víctimas, admitió que con fuerza acuden para llevarse los cuerpos y en este proceso se han encomendado a Dios.
“Son fechas dolorosas, pero con fe seguimos de pie”, dijo, con voz rota, mientras intentaba sostenerse.
Las familias agradecieron el trato institucional, pero ese “proceso correcto” no alivia, ni de lejos, el agujero que deja la ausencia. Cada entrega es cierre… pero también herida abierta.
Mientras los féretros salían del Ministerio Público rumbo a funerales íntimos, otra verdad quedaba suspendida: la del porqué. El abogado de los deudos, Adrián Vargas González, confirmó que los análisis técnicos continúan tanto en México como en laboratorios especializados de Estados Unidos. Tres cuerpos siguen sin ser entregados: el piloto Juan Carlos Olivares Casas, el copiloto Walding Sánchez Manzano y el pasajero Gustavo Palomino Olet.
“La Fiscalía General de la República habrá que ver las líneas para saber cuándo tiene el resultado de la investigación y desde luego les informaremos a ustedes”, mencionó.
La vida continúa afuera; adentro, el tiempo se congeló desde el impacto. Las familias comienzan a enterrar a los suyos… pero la causa del cielo que se partió ese día todavía no encuentra tierra firme.