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Transportistas y automovilistas bloquearon la carretera México–Texcoco a la altura del kilómetro 29.5 para denunciar cobros excesivos, extorsiones y prácticas abusivas del corralón “Aries”
REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
Este viernes transportistas y automovilistas bloquearon durante más de una hora la carretera México–Texcoco, a la altura del kilómetro 29.5 en San Vicente Chicoloapan, para denunciar cobros abusivos, tarifas infladas y extorsiones sistemáticas por parte del corralón “Aries”.
Lo hicieron colocando lonas, deteniendo el tránsito y exigiendo la intervención de autoridades que —afirman— llevan meses ignorando el problema.
La protesta no nació de improviso, sino del hartazgo acumulado ante un esquema que opera, según los afectados, bajo la sombra de la corrupción y la indiferencia municipal.
“Esto no es un servicio, es un atraco con uniforme”, acusó Víctor Ruiz, presidente de “Rutas Hermanas”. “Se supone que hay tarifas oficiales, pero aquí te inventan costos, ‘ajustes’, ‘multas complementarias’ y hasta ‘cuotas administrativas’. Y mientras tanto, el presidente municipal mira hacia otro lado”.
Su denuncia fue respaldada por decenas de operadores que aseguraron que los abusos no son casos aislados, sino una práctica recurrente.
Entre los testimonios que encendieron la indignación está el de Javier, transportista, quien relató que su unidad fue remitida y en el corralón le exigieron hasta ocho mil pesos, cuando la tarifa vigente marca poco más de cien pesos diarios. “Te presionan, te intimidan, juegan con la necesidad de la gente. Y si no pagas, no sales. La autoridad municipal sabe que esto ocurre aquí, en su casa, y no hace nada”, reclamó.
Vecinos también se sumaron, no solo por solidaridad, sino porque el conflicto impacta la vida cotidiana. “Nos afecta a todos: tránsito colapsado, pleitos constantes y una sensación de injusticia permanente”, expresó Laura Méndez, habitante de la zona, quien reprochó la pasividad del edil: “El municipio no regula, no inspecciona, no protege. Estamos abandonados”.
Tras negociaciones improvisadas y presión social, el corralón devolvió varias unidades aplicando únicamente la tarifa oficial. El bloqueo se levantó, pero no la inconformidad. Los manifestantes advirtieron nuevas movilizaciones si el gobierno local sigue ausente. La carretera quedó libre, pero el mensaje quedó claro: mientras el ayuntamiento permita que la corrupción circule sin freno, la ciudadanía seguirá tomando la calle para exigir justicia.
