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Por Salvador Guerrero Chiprés
El menú es atractivo, aunque nadie desea estar en el sitio donde se servirá.
Para Nochebuena la oferta es espagueti a la crema con jamón y piña, pavo en salsa de mango con habanero acompañado de papas con queso y crema, ensalada de manzana con crema, pasas y nuez, y ponche con frutas de temporada.
Solo hay un inconveniente. Se trata de los alimentos a servirse la noche de mañana en el Centro de Sanciones Administrativas, conocido como Torito —apodado así por haberse construido sobre un antiguo rastro—, el lugar a donde van, principalmente, quienes reprueban el alcoholímetro.
En promedio, cada día 55 automovilistas en estado de ebriedad han sido sancionados en el dispositivo que tiene como finalidad prevenir accidentes y cuidar la vida. Los resultados avalan su operación: desde 2003 los percances mortales relacionados con alcohol disminuyeron 78 por ciento.
A nivel global, la Organización Mundial de la Salud reporta 2.6 millones de defunciones anuales atribuibles al consumo de alcohol, equivalentes al 4.7 por ciento del total de muertes.
El riesgo de colisión se manifiesta desde el primer sorbo. Con apenas 0.5 gramos de alcohol por litro de sangre, la probabilidad de un percance se duplica, y escala cinco veces más al rozar los 0.8 gramos.
“Disfruten sus fiestas, celebren, abracen a sus familias, compartan con sus amistades, celebren la vida, denle un beso a su madre, pero no conduzcan con alcohol”. La recomendación de la Jefa de Gobierno de la CDXM, Clara Brugada, es un llamado a la prevención. Entregar las llaves del auto o utilizar taxi son opciones.
Al día, en la línea de emergencias 9-1-1, operada desde el C5, atendemos 250 reportes por accidentes vehiculares, y en esta temporada llegan a incrementar hasta 20 por ciento.
Celebrar con responsabilidad es la mejor forma de garantizar el brindis fuera del Torito.
