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Por Ricardo Sevilla
Mientras el sistema político mexicano se encamina hacia las elecciones intermedias de 2027, el PAN, derrotado en la arena de la realidad, ha abandonado el territorio físico para conquistar el digital.
En apenas 30 días, la cúpula blanquiazul inyectó cerca de 1 millón de pesos en las arcas de Meta (Facebook/Instagram), transformando la política en un producto de consumo rápido.
Desde octubre de este año, el partido ha destinado alrededor de 5 millones de pesos a estudios de mercado y diseño de imagen.
Embelesado con el culto a la personalidad, Jorge Romero, actual dirigente, ha gastado poco más de 4 millones de pesos de manera individual en campañas cuyo tema principal es él mismo.
Es curioso que el sueldo de Romero sea de 187,500 mensuales. ¿Cómo le hará para sufragar sus campañas? La realidad palidece ante la inversión publicitaria que lo respalda.
Pero no solo es Romero. Los panistas suelen cojear de la misma pata, como dice la frase hecha.
Y es que, hace unos días, le conté a usted que un clip de tres días sobre un viaje a Washington costó 30 mil pesos. Para ponerlo en perspectiva, este monto equivale a lo que un profesionista promedio tardaría en ganar, en un mes, con jornadas de 40 horas semanales.
Lamentablemente, la derecha y ha pasado de la arena pública al feed algorítmico. Sí somos rigurosos, veremos que el PAN no busca “convencer”, sino “impactar”.
Y, en los casos que le enumero, el gasto millonario intenta crear una realidad paralela donde el dirigente es un “héroe” (héroe fabricado por consultoras de branding).
Los panistas no se dan cuenta de que existe una gravísima disonancia cognitiva en su discurso.
Y es que, por un lado, promueven la “escasez de medicinas” (un dolor real de las clases populares) mediante anuncios en los que dilapidan hasta 250 mil pesos en un día.
Todo, desde luego, con recursos públicos. Y en el 2026, créame, no cambiarán. Infelizmente, la derecha jamás dejará de ser una élite política que merca con la carencia. ¡Infelices!
