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“Detuve el tren para atender a ciudadanos”: Expresa la presidenta que “gobernar es escuchar”

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  • Desmiente que hubo una “irrupción” en el recorrido del tramo Lechería-AIFA
  • Cuestiona la constitucionalidad de la “Ley Esposa”, la considera innecesaria
  • Anuncia Sheinbaum que tomará tres días de vacaciones en Acapulco

Juan R. Hernández

Ciudad de México.- Desde el Salón Tesorería de Palacio Nacional, la mañana transcurría entre cifras, gráficas y preguntas previsibles, hasta que una exclamación rompió la cadencia habitual de la conferencia: “¡Qué bueno que lo preguntas!”. La voz de la presidenta Claudia Sheinbaum sonó firme, casi celebratoria, cuando respondió a una pregunta que llevaba implícita la intención de agitar el avispero.

La referencia era clara: la supuesta “irrupción” de manifestantes durante su recorrido en las obras del tren de Lechería al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), convertida ya en primera plana por un medio de circulación nacional.

Sheinbaum no esquivó el tema. Al contrario, tomó aire y desmenuzó los hechos con precisión quirúrgica, desactivando la narrativa del caos y la falla en seguridad. “Fui yo la que decidí que se parara el tren”, dijo, subrayando cada palabra, como quien coloca los puntos sobre las íes. No hubo sobresalto ni improvisación: hubo decisión política.

La mandataria relató que, al ver las cartulinas desde la cabina del conductor —donde viajaba junto a la gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez—, ordenó detener la marcha para escuchar a los pobladores, quienes pedían atención a un problema de drenaje.

El tren, explicó, ni siquiera tenía previsto detenerse en ese punto. “Íbamos de corrido”, narró, desmontando la versión de una interrupción forzada. Eran cuatro personas, no una turba; una gestión ciudadana, no un riesgo a su integridad. “Muchas veces me paro para atender a la gente”, remató, normalizando el contacto directo como parte de su estilo de gobierno.

La conferencia avanzó y el tono cambió hacia la arena política. Al referirse a la ley aprobada en San Luis Potosí que abriría la puerta para que el gobernador Ricardo Gallardo impulse a su esposa como sucesora, Sheinbaum fue tajante: “No hacen falta este tipo de leyes”. Más allá de su constitucionalidad —dijo—, la paridad ya está garantizada con los acuerdos del INE y las acciones afirmativas. Las gobernadoras, añadió, “lo hacen muy bien”. Prudente, dejó abierta la discusión jurídica, pero cerró la puerta a la alternancia obligatoria por género.

Hubo también espacio para los anuncios breves: el “ya merito” del nombramiento diplomático para el exfiscal Alejandro Gertz Manero y, en un tono más ligero, la confirmación de que se tomará tres días de vacaciones en Acapulco. Navidad frente al mar, puente para la prensa y una pausa calculada en el ritmo presidencial.

Así, entre aclaraciones, definiciones políticas y descansos anunciados, la presidenta cerró una mañanera donde el mensaje fue claro: gobernar también es detener el tren cuando la gente pide ser escuchada.

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