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A varios días del siniestro la tragedia sigue envuelta en silencio oficial. Familiares de las diez víctimas mortales siguen esperando el resolutivo de las investigaciones
REDACCIÓN
A días del avionazo que convirtió una aeronave ligera en una bola de fuego en los límites de Toluca y San Mateo Atenco, la escena más cruda ya no está en el sitio del impacto, sino en las oficinas ministeriales y en las cámaras forenses donde reposan, bajo llave, los restos de diez personas reducidas a cuerpos irreconocibles.
Familiares de las víctimas volvieron a presentarse ante autoridades federales con una sola exigencia: saber qué ocurrió. No buscan discursos técnicos ni comunicados evasivos, sino certezas. Sin embargo, la respuesta ha sido la misma: peritajes en proceso, trámites pendientes y ninguna fecha definida para conocer las causas del siniestro. La investigación avanza con lentitud, mientras la angustia crece con cada jornada de silencio.
“Pues están haciendo todavía muchas investigaciones, todavía realmente no se tiene mucha información. No tenemos ni siquiera nosotros más información. Hay muchos trámites que se tienen que realizar. Estamos pasando por un dolor muy fuerte”, manifestó una de las familiares.
Los deudos explicaron que tanto peritos de la Fiscalía General de la República (FGR) como personal de la Fiscalía del Estado de México (FGJEM) continúan con las acciones de investigación en el tema de los restos, así como las causas del accidente.
En el Servicio Médico Forense, los cuerpos permanecen sometidos a análisis especializados. La identificación depende de pruebas genéticas, un procedimiento que obliga a los familiares a revivir la tragedia una y otra vez al entregar muestras de ADN, responder interrogatorios y firmar documentos. No hay ataúdes ni velatorios, solo la espera de un dictamen que permita poner nombre a los restos y darles sepultura.
La incertidumbre es el castigo adicional. Sin causa oficial, no hay responsables; sin responsables, no hay justicia. El avionazo no solo dejó diez muertos: dejó familias suspendidas en un duelo inconcluso, atrapadas entre la burocracia y el horror, aguardando que la verdad emerja de entre las cenizas.