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Muere abuelito en un baño público, presuntamente por un paro cardiorrespiratorio

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Un adulto mayor murió en completa soledad dentro de un vapor ubicado en la esquina de Lerdo en la colonia Reforma en Toluca. Paramédicos del SUEM confirmaron el fallecimiento

REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN

En un baño público de la colonia Reforma, del municipio de Toluca un anciano encontró el final más solitario: desplomado sobre el piso húmedo de un cubículo estrecho, sin nadie que escuchara su último suspiro.

Afuera, la ciudad seguía su rutina, ajena al drama que se consumaba a unos cuantos metros del ruido y los pasos apresurados.

El hombre ingresó al establecimiento como cualquier otro cliente. Pagó el uso del sanitario y se encerró. El tiempo comenzó a correr sin que hubiera movimiento del otro lado de la puerta. Primero fueron llamados discretos; después, golpes cada vez más insistentes. La ausencia de respuesta encendió la alarma entre los empleados, quienes decidieron forzar el acceso.

Al abrir, la escena resultó estremecedora: el adulto mayor yacía tendido boca arriba, inmóvil, con el rostro pálido y el cuerpo rígido sobre el cemento frío. No había signos de violencia visibles, pero sí la crudeza de una muerte en aislamiento absoluto. El olor a encierro y humedad envolvía el pequeño espacio.

Paramédicos del Servicio de Urgencias del Estado de México arribaron minutos después. Revisaron signos vitales, intentaron maniobras básicas, pero solo pudieron confirmar lo inevitable: el hombre había muerto, presuntamente por un paro cardiorrespiratorio. Su vida se apagó sin auxilio inmediato, sin una mano cercana.

El lugar fue acordonado por policías municipales y estatales. Agentes de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México realizaron las diligencias de rigor: tomaron fotografías, levantaron indicios mínimos y revisaron pertenencias para intentar identificarlo. El cubículo se transformó en una escena forense, con cintas amarillas sustituyendo la puerta que minutos antes ocultaba la tragedia.

Más tarde, personal del Servicio Médico Forense colocó el cuerpo en una bolsa negra y lo retiró del sitio. El traslado al SEMEFO marcó el cierre de una muerte discreta y brutalmente anónima. Quedó atrás el baño público, ahora vacío, como testigo mudo de un final que ocurrió sin abrazos, sin palabras y sin compañía, apenas separado del mundo por una puerta con candado.

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