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- Destaca el peso de la comunidad mexicana en Estados Unidos
- Pide frenar cualquier intento de intervención en Venezuela
- Asegura Claudia que México seguirá defendiendo sus principios
Juan R. Hernández
Ciudad de México.- A unos días de que las luces navideñas cubran avenidas y plazas, el frío discurso antimigrante volvió a cruzar la frontera desde Washington. La noche previa, Donald Trump lanzó un mensaje de intimidación contra quienes migran; horas después, desde Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum respondió con firmeza y sin rodeos: “No estamos de acuerdo”.
En la mañanera, el ambiente contrastó con el clima decembrino. Sheinbaum rechazó la narrativa que criminaliza a las personas migrantes y negó que la frontera México–Estados Unidos sea “la peor del mundo”, como afirmó el mandatario estadounidense.
Recordó que Estados Unidos se edificó gracias a la migración y que su desarrollo económico no puede entenderse sin la aportación de millones de personas, entre ellas los mexicanos.

Con datos y convicción, la Presidenta subrayó que la cooperación para el desarrollo es la vía más efectiva para reducir la migración. Señaló que el aumento al salario mínimo y los programas de bienestar de la 4T contribuyeron a disminuir la migración de connacionales desde el sexenio de Andrés Manuel López Obrador. Los flujos recientes, explicó, corresponden principalmente a personas de otras regiones que usan a México como país de tránsito.
Defendió, además, el peso económico de la comunidad mexicana en Estados Unidos. “La producción agrícola en California no sería lo que es sin las y los trabajadores mexicanos”, dijo, al enumerar su presencia en el campo, la construcción, los servicios, la industria y la academia.
Frente a los señalamientos sobre inseguridad, la mandataria destacó que la frontera es una de las más dinámicas del planeta: un millón de cruces diarios y 460 mil vehículos en ambos sentidos, impulsados por la integración regional y el tratado comercial.

El tono soberano se extendió a la política exterior. Sheinbaum defendió la relación humanista de México con Cuba —incluido el envío de petróleo y la contratación de médicos— y recordó que desde 1959 el país ha sostenido una postura histórica contra el bloqueo, en apego a los principios de no intervención y solidaridad.
En el mismo hilo, llamó a rechazar cualquier intervención de EU en Venezuela. “Estamos a favor de la solución pacífica de los conflictos; es convicción y es Constitución”, enfatizó. México, dijo, seguirá defendiendo sus principios sin que ello afecte la relación bilateral con Washington.
Entre la navidad, el cierre de año y los desafíos por venir, el mensaje fue claro: soberanía, cooperación y dignidad como ejes de una política exterior que no se somete a presiones externas.