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REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
La pavimentación de la avenida del Sol, en el Barrio San Sebastián, se convirtió en un nuevo episodio de un diferendo limítrofe que los gobiernos de Teoloyucan y Tepotzotlán, no han sabido resolver. La falta de acuerdos y la torpeza política quedaron al descubierto cuando elementos de seguridad de Tepotzotlán intentaron detener a trabajadores municipales de Teoloyucan, bajo el argumento de que realizaban labores fuera de su jurisdicción.
Una obra pública bastó para detonar un conflicto que llevaba tiempo incubándose. La escena escaló con rapidez. Los obreros, ante la amenaza de ser arrestados, buscaron refugio en domicilios particulares, lo que provocó la reacción inmediata de vecinos que encararon a los uniformados.
El ambiente se tensó al punto de rozar la confrontación directa, mientras familias observaban cómo un conflicto administrativo, se trasladaba a sus calles.
Lejos de desactivar la crisis, las posturas oficiales profundizaron el choque. El Ayuntamiento de Teoloyucan, encabezado por Luis Domingo Zenteno Santaella, acusó a la administración de Tepotzotlán de incurrir en abuso de autoridad e intromisión territorial. Del otro lado, el gobierno que preside María de los Ángeles Zuppa Villegas, sostuvo que las obras invadían su demarcación.
Más allá del cruce de señalamientos, el episodio exhibe una carencia grave: la ausencia de diálogo político y de mecanismos de coordinación entre ambos municipios. Ninguna de las dos administraciones logró anticipar el conflicto ni establecer canales para resolverlo sin recurrir a la fuerza.
Ante el riesgo latente de nuevos enfrentamientos, se ha solicitado la intervención de la autoridad estatal como mediadora. Mientras tanto, las familias de la zona viven con la incertidumbre de que una disputa por límites, mal gestionada por sus autoridades, vuelva a convertir una obra pública en un detonante de violencia.