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El siniestro ocurrió en el paraje conocido como Pozo Colorado, en el camino San Lorenzo Cuahutenco, donde un Chevrolet Sonic blanco salió de la cinta asfáltica
REDACCIÓN
El amanecer en Calimaya quedó marcado por un estruendo que cimbró los campos. Quienes transitaban o trabajaban cerca del paraje Pozo Colorado escucharon el rechinar del metal y, segundos después, el golpe seco de un vehículo despedazándose contra el suelo.
A un costado del camino a San Lorenzo Cuahutenco quedó un Chevrolet Sonic blanco, irreconocible, con el toldo aplastado y las puertas arrancadas por la fuerza del impacto.
Los primeros testigos describen una escena brutal. “El coche venía rápido, de pronto se ladeó, perdió el control y empezó a dar vueltas. Cuando cayó, ya estaba hecho pedazos”, relató un vecino que corrió a auxiliar. En el pasto y el asfalto quedaron regados fragmentos de vidrio, partes del motor y manchas oscuras que delataban la violencia del choque. Dentro del amasijo de fierros se alcanzaban a distinguir cuerpos inmóviles, atrapados entre los asientos y la carrocería retorcida.
Elementos de Protección Civil y paramédicos confirmaron en el sitio la muerte de cinco personas —tres hombres y dos mujeres—, cuyas lesiones eran incompatibles con la vida. “Había cuerpos prensados, con múltiples fracturas y hemorragias visibles; fue una escena muy fuerte”, reconoció un rescatista. Para liberar a las víctimas fue necesario utilizar equipo hidráulico y cortar el metal que las mantenía atrapadas.
Entre la tragedia, los equipos de emergencia localizaron a una mujer con signos vitales. Presentaba golpes severos y estaba cubierta de sangre. Fue estabilizada a contrarreloj y trasladada en ambulancia al Centro Médico Adolfo López Mateos, donde permanece en estado grave.
La carretera fue cerrada por varias horas mientras policías estatales acordonaban el área y peritos ministeriales realizaban el levantamiento de los cuerpos, tomaban fotografías y medían huellas de arrastre y frenado. Vecinos de Calimaya observaron en silencio, algunos entre lágrimas. “Esa curva siempre ha sido peligrosa; hoy nos despertó con muertos”, lamentó un habitante.
La Fiscalía abrió una carpeta de investigación para determinar si el exceso de velocidad, una falla mecánica o el estado del camino provocaron la volcadura. En Calimaya, el paso hacia San Lorenzo quedó convertido en un recordatorio de que un segundo basta para que la carretera se tiña de sangre.
