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REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
El martes, una excavación abandonada sobre la autopista México–Puebla volvió a cobrar notoriedad, esta vez al tragarse una patrulla de la Policía Municipal de Ixtapaluca.
La unidad oficial cayó en el enorme boquete ubicado a la altura de la colonia Santa Bárbara, una zona que vecinos describen como un foco permanente de riesgo ante la falta de señalización y vigilancia.
“Ese hoyo lleva semanas abierto y nadie hace nada”, relata Ernesto López, vecino del lugar. “De día apenas se distingue y de noche es prácticamente invisible. Ya han pasado varios accidentes, pero las autoridades solo vienen cuando ocurre algo grave”.
Para los habitantes, la volcadura de la patrulla fue solo cuestión de tiempo. Testigos aseguran que la obra permanece detenida desde hace más de dos meses. Las cintas y mallas colocadas de manera improvisada desaparecen constantemente, lo que permite el paso de vehículos por una zona inestable.
“Aquí no hay trabajos ni maquinaria, solo el peligro”, afirma María González, comerciante de la zona. “Todos los días vemos cómo los coches esquivan el agujero, hasta que alguien no alcanza a frenar”.
El accidente generó indignación entre los vecinos, quienes consideran que ni siquiera los cuerpos de seguridad están a salvo. “Si la misma policía cayó, imagínese cualquier familia”, señala otro residente. “Esto demuestra el abandono en el que estamos”.
Aunque el percance no dejó víctimas mortales, el hecho volvió a encender las quejas contra el gobierno municipal, al que acusan de omisión y desinterés. Para los habitantes de Santa Bárbara, la patrulla volcada es el reflejo de un problema más profundo: una comunidad obligada a convivir con el riesgo ante la ausencia de gobierno.
