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Escándalos marcaron el 2025: Están Morenistas en el ojo del huracán

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Del sindicalismo a los gobiernos estatales y del Congreso al gabinete, los escándalos que rodearon a varios líderes de Morena en 2025 exhiben la opacidad, los abusos y las pugnas internas que el partido no ha logrado contener

Ana E. Rosete

En un año marcado por recortes presupuestales, disputas internas y un escenario político cada vez más fragmentado, varias figuras prominentes de Morena llegaron a 2025 arrastrando viejos expedientes, polémicas no resueltas y nuevos episodios que reavivaron las críticas. Mientras el partido intentaba sostener la narrativa de estabilidad rumbo a un ciclo electoral complejo, el pasado regresó para morder a más de un líder. Entre denuncias, acusaciones públicas, investigaciones inconclusas y decisiones de gobierno bajo escrutinio, estos son los perfiles que dominaron la conversación por las razones equivocadas.

Luisa María Alcalde enfrentó uno de sus años más complicados desde que dejó la Secretaría del Trabajo: la funcionaria quedó en el centro del debate público por la opacidad en contrataciones y por las acusaciones persistentes sobre presuntos favoritismos hacia proveedores cercanos, además de críticas por el manejo político dentro de la Secretaría de Gobernación. Aunque ninguna investigación formal avanzó, los señalamientos marcaron buena parte del discurso opositor.

Pedro Haces continuó acumulando controversias: su historial de denuncias por presunta extorsión, vínculos incómodos con líderes sindicales cuestionados y el constante señalamiento de utilizar la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM) como plataforma personal lo mantuvieron bajo el reflector. Sus detractores insistieron en que su poder sindical seguía creciendo al margen de la transparencia.

Adán Augusto López vivió un 2025 convulso, arrastrando cuestionamientos desde su pasado en la Secretaría de Gobernación, incluidos señalamientos sobre presunta utilización política de dependencias federales. Además, la oposición revivió expedientes estancados de su administración en Tabasco, relacionados con decisiones financieras controvertidas, lo que lo mantuvo bajo constante escrutinio. Sin olvidar su relación con Hernán Bermúdez, líder del grupo criminal “La Barredora”.

Félix Salgado Macedonio siguió enfrentando el peso de sus acusaciones históricas y la sombra de los procesos que nunca avanzaron totalmente. A lo largo del año, volvió al primer plano por disputas internas en Guerrero, donde su estilo confrontativo y su influencia en la estructura estatal alimentaron nuevas críticas.

Evelyn Salgado, gobernadora de Guerrero, tampoco escapó al radar mediático: su administración enfrentó reclamos por inseguridad, presuntas irregularidades en asignación de contratos y señalamientos de dependencia política respecto a su padre. Aunque defendió sus decisiones, los cuestionamientos dominaron buena parte de su agenda pública.

Ricardo Monreal navegó entre negociaciones políticas y el desgaste de años de escándalos acumulados: acusaciones de uso político de programas sociales, señalamientos por favorecer a familiares en posiciones estratégicas y su historial de pugnas internas dentro de Morena. Su figura siguió polarizando tanto dentro como fuera del partido.

Cuauhtémoc Blanco continuó sumando polémicas en Morelos: fotografías con presuntos criminales, denuncias de corrupción en su administración, señalamientos de desvío de recursos y una creciente presión para que respondiera a las investigaciones abiertas. Su estilo mediático y confrontativo solo alimentó más críticas.

Sergio Gutiérrez Luna, conocido por sus choques públicos y estrategias políticas agresivas, volvió al ojo del huracán por presuntos excesos en el uso de recursos legislativos y por una serie de denuncias sobre presión política a opositores. Su protagonismo en el Congreso lo convirtió en un personaje constante en las polémicas del año.

Andrea Chávez enfrentó cuestionamientos por presunta opacidad en recursos asignados a comunicación y por el creciente peso que obtuvo dentro del círculo político cercano al poder. Los señalamientos sobre uso personal de estructuras públicas y su estilo combativo la mantuvieron entre las figuras más controvertidas de Morena.

Sergio Mayer, ahora enfocado en su plataforma política, no logró desvincularse de los señalamientos sobre presunto uso indebido de influencias y controversias relacionadas con gestiones pasadas. Su vida pública en 2025 estuvo marcada por críticas tanto de opositores como de sectores culturales que cuestionaron su trayectoria política.

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